Pachangueo popular, y encanto rural con Dj Casanova

Este disc-jockey palense de 18 años comenzó a pinchar a lomos de un tractor en su parroquia natal. Ahora cruza Galicia para enfrentarse a cualquier pista de baile, ya en bodas, verbenas o sesiones en pubs
Dj Casanova, junto la furgoneta que le acompaña en las giras
photo_camera Dj Casanova, junto la furgoneta que le acompaña en las giras

EL PRIMER set de disc-jockey que tuvo Iván Vázquez Casanova llegó a escondidas a su casa. Un día sus padres se encontraron con todos aquellos cacharros electrónicos que servían para hacer música discotequera y que había acumulado durante meses con solo 16 años. Ahora tiene 18 y ya se ha hecho un nombre como DJ Casanova.

Este joven de Burdallos, en la parroquia de Santa María de Marzá de Palas de Rei, se maneja con una soltura y una madurez poco normales en gente de su edad. "Hay muchas malas influencias", explica Iván sobre el mundo de la noche. Algunos simplemente son una mala referencia, otros intentan ejercer de forma negativa para ver caer a gente talentosa.

Sus padres rechazaron que su hijo se dedicase al mundo de la noche. "Al principio no les hizo nada de gracia",continúa el disc-jockey, pero comenzaron a valorar el talento de su hijo al ver que el joven mantenía la cabeza fría, ganaba su dinero y no se metía en líos.

Casanova tiene su estudio montado en la parte de arriba de la vivivienda familiar en lo que fue su antigua habitación. Todavía quedan algunos restos de su no tan lejana infancia como el póster de un tractor o algunas de las miniaturas de su antigua colección de máquinas agrícolas. Ahora en su lugar se encuentran los platos de vinilo, la mesa, el ordenador y un set listo para salir adónde le reclame la fiesta.

Sus orígenes fueron mucho más humildes con un set básico que le prestó un amigo y que todavía no ha devuelto. "Yo intento dárselo, pero mi amigo me dice siempre que no", cuenta Casanova. Su primera actuación no fue encima de la impresionante disco móvil de eMe Music, sino en lo alto de un tractor junto con unos amigos. La gente se lo pasaba bien y decidió continuar.


Su truco es leer a la gente del evento y buscar la forma de hacerles bailar. "Si sabes mover la gente de una verbena, sabes moverla en cualquier pista", resume Iván. Por ese motivo se apunta a trabajar en cualquier tipo de fiesta, ya sea una verbena o una boda. Recuerda con cariño cuando tuvo que pinchar la fiesta de los mayores de Palas de Rei. "Tuve que cambiar la música" explica Casanova y pasó del Despacito a La ventanita. Hay una única canción que pinche para todas las generaciones y esa es A cabritinha de Quim Barreiros.

LOS CICLOS DE LA NOCHE. El éxito de Iván reside en su capacidad para leer los ciclos de la noche. "Yo miro más para la gente que para los platos", resume el palense. Un momento pincha una canción cañera con la que todo el público se pone en pie y poco después pincha un tema más relajado para que la gente recupere fuerzas y beba.

"Yo no dejo de hablarles nunca", aclara Iván. Para él la conexión con el público es importantísima. Interacciona y juega con ellos. Sonríe al recordar algunas de sus experiencias por la noche como hacer que el público se pusiese de rodillas o ver como la gente cantaba Miudiño a grito pelado.

Casanova ha actuado junto algunas de las orquestas más grandes de Galicia como la París de Noia o la Panorama. Sin embargo, el palense ve ciertas ventajas en las discos móviles que las orquestas no tienen. "Una orquesta tiene un repertorio cerrado, muchas veces van con el mismo durante un año o incluso dos años", explica Iván. Su trabajo es radicalmente diferente. "Nunca pongo las mismas canciones dos noches seguidas", resume con orgullo.

Iván ha aprovechado este trabajo para conocer la comunidad de una punta a otra. Lo curioso es que lo que funciona en un sitio puede que no guste en un pueblo a veinte kilómetros. De ahí que sea tan importante observar el público y aprender de los errores.

En este tiempo Casanova ha dedicado tiempo y esfuerzo a construir una marca personal. Tiene carné de conducir desde marzo, pero ya se mueve con una furgoneta propia con su nombre y contacto rotulado en los lados. Utiliza la red social Instagram como herramienta de comunicación principal. "Es lo que utilizan los jóvenes", aclara el disc-jockey. Esta aplicación permite compartir vídeos de forma rápida en los que se vean las fiestas y transmitir buen rollo a sus seguidores.

Iván hace planes para un futuro prometedor. Su objetivo es conseguir salir de Galicia y hacer algunos bolos por otras partes de España gracias al contacto con algunas personas que ha conocido a su trabajo. Otro futuro ideal sería poder ir al mercado de Miami haciendo un intercambio con un amigo suyo que pincha en la capital latina. "Es una idea loca", reconoce Casanova antes de explicar que de premisas más tontas han salido oportunidades.

En este tiempo lo más importante ha sido tener la mente abierta. Fue este espíritu lo que le llevó al curso que impartía eMe Music para jóvenes disc-jockeys y lo que le hizo evolucionar. Ahora ha conseguido incluso manejar los vínilos, una disciplina bastante antigua dentro de la electrónica. Casanova elije un LP del estante que tiene sobre su mesa y lo coloca en su sitio. Comienza a sonar música latina e Iván sonríe con gusto. "¿Nunca os hubiéseis imaginado reguetón en vinilo, verdad?", dice con humor.

En su día a día intenta escuchar todo tipo de música porque en cualquier género se encuentra la inspiración. "La música es un plagio toda", resume Casanova para describir la influencias que se forman entre distintos tipos de música.

De momento el pasillo de su casa se encuentra plagado de grandes maletines para guardar su material. Se encuentra de gira y no va a volver a casa hasta el domingo. Esta noche y mañana estará en las fiestas de Santa María de Marzá, en su Palas de Rei natal. El miércoles, el jueves y el sábado estará en el pub Zerox de Melide durante las fiestas de San Roque. El viernes volverá a A Ulloa para dar un concierto en la parroquia de Bidouredo, Monterroso.

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