Fiesta pasada por agua en el Curro Vello de Guitiriz

El barrio del Curro Vello celebró el Ecce Homo, en el que no faltaron las batallas en la fuente, la espuma y las carreras de carretillas
Carrera de carretillas infantil
photo_camera Carrera de carretillas infantil

Las fiestas del Ecce Homo, en el barrio del Curro Vello de Guitiriz, siempre están pasadas por agua. A veces, cae desde las nubes, pero lo más normal es que llegue de todas partes y con cualquier objeto que sirva para lanzarla y empapar a quien ose acercarse a la fuente de la plaza.

Globos, artilugios lanzadores de chorros, cubos de todos los tamaños y hasta las inocentes carretillas infantiles se convirtieron en armas acuáticas en manos de los entregados asistentes. Pero esta gran batalla, que se repite año tras año, solo era el preludio de las esperadas carreras de carretillas, disputadas en dos categorías.

Primero tomaron la pista las niñas más pequeñas, que dieron una vuelta a la capilla empujando una carretilla -algunas tamaño infantil, otros prefirieron las de verdad- en la que portaban un cubo de agua. Laura fue la primera en llegar a la línea de meta con su vehículo, aunque eso fue lo de menos. Las risas y las bolsas de chuches que se repartieron entre todas la participantes fueron el auténtico premio.

Después compitieron los adolescentes, en equipos de dos, con uno sentado en la carretilla, por supuesto portando el clásico cubo con agua, y otro a los mandos. Tras un emocionante recorrido, en el que hubo hasta salidas de vía sin mayores consecuencias, Lukas y Álex se llevaron la victoria. Aunque, como en la prueba infantil, las medallas se repartieron entre todos los participantes.

Una fiesta de la espuma, de la que disfrutaron vecinos de todas la edades, puso el broche de oro a la tarde. Un entretenido interludio entre el vermú y la verbena.

Por la mañana hubo misa en la capilla del Ecce Homo, celebrada en el exterior del templo. La extensa sesión vermú estuvo amenizada por el trío D'Nika, que repetiría por la noche junto a la orquesta Versión Original.

La charanga local Os Trileros se encargaron del pasacalles matutino y de amenizar otro de los clásicos de las fiestas del Ecce Homo, la concurrida liscada nocturna, gratuita.

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