Una nueva granja de Roupar estrena unos gallineros móviles

Silvia Durán invirtió 120.000 euros en un proyecto para la venta de huevos de aves araucanas
Carlos Brea y Silvia Durán, en el gallinero móvil
photo_camera Carlos Brea y Silvia Durán, en el gallinero móvil

Nace una nueva explotación avícola en la parroquia xermadesa de Roupar, de la mano de Silvia Durán, de 23 años, que decidió apostar por emprender en el campo y estrenar un sistema innovador de gallineros móviles para la cría en extensivo de aves araucanas, originarias de Chile.

"Estas gallinas no son muy conocidas aquí, solo hay una granja en Cantabria, y creemos que pueden tener salida porque sus huevos son más sanos y ahora la gente se preocupa más por esas cosas", explica la joven, que reconoce que aunque no se formó específicamente para este tipo de trabajo, ve asegurada una "salida laboral". "Estoy haciendo cursos, informándome mucho", dice una joven que ya forma parte del club de araucanas en España, que suma unas 40 personas.

Entre las fincas de su familia y las que compró, el terreno en el que instalará su explotación -ubicado al pie de la antigua carretera Vilalba-As Pontes, en el límite de provincias-, suma dos hectáreas y media de superficie y su proyecto supuso una inversión de 120.000 euros, de los que la Xunta le subvencionó 25.000 por incorporación y 36.000 por el plan de mejora. "Da un poco de vértigo, pero creo en él", dice la joven.

"Nuestro objetivo es sacar el huevo al mercado y darlo a conocer. Tiene menos colesterol que los normales y más proteína. Por fuera es azulado pero dentro es igual", describe, mientras familiares y operarios colocan el primer gallinero con ruedas en su finca.

"Las gallinas se alimentarán todo en ecológico, sin piensos, y lo bueno de estos gallineros es que los vamos a ir cambiando de sitio para que cada vez estén en una zona diferente de la finca y siempre tengan un verde donde picar", explica, y hace números.

Empezará con un gallinero y 108 gallinas, el máximo, "para probar el comercio a pequeña escala". "De momento venderemos en ferias en la zona de Ferrol y Lugo, no a través de cadenas, aunque no descartamos nada", dice la joven, que destaca que lo importante es la calidad y no la producción. Aunque si todo va bien espera estar al 100% a principios del año que viene, cuando prevé tener en su finca doce gallineros con ruedas para criar más de mil gallinas.

Todavía tiene que montar las instalaciones necesarias para cerrar el proyecto, la zona de incubación y clasificación de huevos, así como la huerta y el invernadero para tener alimentos ecológicos para las gallinas. Y está finalizando las solicitudes para lanzar el nombre de la marca propia con la que comercializará los huevos de araucanas, un mercado desconocido en la zona hasta ahora.

Carlos Brea, ingeniero y asesor en agricultura ecológica natural de Lalín pero afincado en Lugo, es otro de los pilares de este nuevo proyecto xermadés, ya que fue él el que diseñó los gallineros móviles. "Desembarcamos hoxe en Roupar, imos ver como funciona e como se desenvolven as galiñas. Haberá que perfeccionar e mellorar cousas para logo patentalo", explica el inventor del que, bromea, es un "hotel cinco estrelas para galiñas".

El gallinero mide seis metros de largo por tres de ancho. Está hecho con panel de sándwich y tiene luz y depósito de agua, además de comederos, bebederos y ponederos diseñados de tal forma que los huevos se pueden recoger por una ranura desde el exterior del gallinero. Además cuenta con todas las facilidades para la limpieza y una salida directa para las gallinas, sin tener que abrir la puerta principal.

"Cumpre con toda a normativa de benestar animal para dalo de alta como explotación avícola e o obxectivo de ter rodas é para ir en pastoreo", indica Brea, que cifra el presupuesto de su invento, realizado todo por empresas de Lalín, en 6.000 euros.

"Non necesitas licenza de obra e os deseños poden ir cambiando segundo as peticións do cliente", dice, al tiempo que asegura que ya tiene tres reservados para Roupar y otros dos para Ourense. Este martes, el desplazamiento desde Lalín duró dos horas y casi otras dos dejarlo instalado en la finca.

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