El gobierno de Viveiro está elaborando un listado con los datos de las viviendas en mal estado, cuyo arreglo requirieron a sus dueños, y estudia endurecer su actuación llevando el asunto al juzgado, ante los reiterados incumplimientos. «Muchos dueños hacen caso omiso a los requerimientos y por eso nos planteamos, desde los servicios jurídicos, tomar medidas como dar traslado al juzgado o a la Fiscalía», asegura la alcaldesa, María Loureiro.
La regidora afirma que son numerosos los casos de viviendas que precisan de una actuación para garantizar la seguridad de los vecinos y viandantes y que no solo se dan en el casco histórico, sino también en Covas, en Celeiro y en algunas parroquias. «Entendemos la situación económica que pueda tener la gente y no pedimos que se rehabiliten las casas, pero en algunas el estado es deplorable y exigimos que no supongan un daño a un tercero», explica, por lo que estudian la posibilidad de «tomar medidas más duras» como recurrir a la vía judicial.
Loureiro indica que varios expedientes abiertos por el Concello desembocaron en la imposición de multas coercitivas pero que no todas se abonaron. «Hay gente que atiende los requerimientos del Concello pero otros propietarios o están ilocalizables o hacen caso omiso, lo que les supondrá un problema a la larga», advierte.
Precisamente, estos días está vallada la acera frente al edificio del antiguo Hotel Cociña de Suasbarras, en Covas -sobre el que pesan dos multas coercitivas- después de que el jueves se desprendiera «parte dunha varanda de formigón da primeira planta», según dice el informe técnico, que añade que el cascote, «de dimensións considerables» -unos 15 por 7 centímetros- no ocasionó daños a peatones ni vehículos.
