Las obras del tramo de Melide a Palas de la A-54 podrían paralizarse la próxima semana

El hallazgo de restos arqueológicos enquista el avance de las máquinas. Casi dos meses después de la inauguración de los trabajos, solo se ven activos en la zona a unos seis operarios
Zona de almacenaje en las obras de la A-54
photo_camera Zona de almacenaje en las obras de la A-54

Las obras del tramo de la autovía A-54 entre Melide y Palas de Rei, el último en el que se han puesto en marcha las máquinas, avanzan «a ritmo lento», según los vecinos, quienes temen que los trabajos se paralicen ya la próxima semana, apenas dos meses después desde que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, diese de forma oficial el pistoletazo de salida al inicio de esta actuación.

La razón de este nuevo enquistamiento en la construcción de esta infraestructura, que acumula lustros de retrasos, se debe, según dicen estas personas de la zona, al hallazgo de algunos restos arqueológicos, que Patrimonio ya ha señalizado y protegido y sobre los que debe emitir un informe, antes de que las máquinas puedan seguir avanzando en dirección a Palas.

De momento, los trabajos se han ceñido a un tramo de apenas un kilómetro en el monte de Riciñol, en donde se construirá el enlace Melide-Sur y en el mismo punto donde el pasado 31 de julio, el ministro De la Serna y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, presidían el acto oficial del inicio de las obras.

Si aquel día incluso hubo que pedir a las máquinas que detuviesen su actividad para que los políticos pudiesen hablar, el lunes apenas trabajaban en la zona media docena de operarios, entre el que manejaba la única retroexcavadora que estaba moviendo tierra, los conductores de dos camiones que la transportaban y el par de trabajadores que, unos metros más abajo, se afanaban en la construcción de las balsas de decantación, que en su día recogerán parte de las aguas pluviales que caigan sobre la autovía.

En ese mismo punto en el que, aún no hace dos meses, Feijóo anunciaba que se ponían en marcha unas obras «que xa non van parar», se podía adivinar, no sin algún esfuerzo, el que será el trazado de la autovía en ese lugar, aunque, de momento, el paisaje de los otros once kilómetros que lo separan de Palas de Rei permanece totalmente invariable.

Los vecinos consideran que este lento ritmo de la obra se debe a que el presupuesto asignado para este año «es muy bajo», por lo que creen que la empresa adjudicataria, Acciona, «poco más va a poder hacer este año que lo que ya está hecho».

Los vecinos consideran que el lento ritmo de la obra se debe al «bajo» presupuesto asignado para ejecutar en el presente ejercicio

Ponen por ejemplo que, en ese punto del monte de Riciñol, donde se ha empezado a mover la tierra, la calzada de la autovía irá «unos 13 metros más abajo» del actual nivel, «por lo que aún queda mucha tierra que quitar», dicen.

Desde ese punto y para continuar hacia Palas, será necesario construir el primero de los cuatro viaductos con los que contará este tramo de 11,7 kilómetros y en el que se invertirán un total de 82 millones de euros.

El ministro de Fomento, que el lunes anunciaba en Ferrol la adjudicación inminente del último tramo de la A-54, el que va de Melide a Arzúa, mantiene su objetivo de que la autovía esté plenamente operativa en el «horizonte del año 2021», con el compromiso de que antes de fin de año todos los tramos que faltan por construir estén ya en obras. A juzgar por el ritmo de las vistas el lunes, ahora está por verse si sus previsiones se mantienen o, por el contrario, si esta infraestructura continuará acumulando retrasos.

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