El Quintas: "Yo quería quedarme en Lugo, pero me siento acosado"

Exconvicto, condenado por asesinato y violación, es el hombre más temido en estos momentos en Lugo. Es un fornido jubilado de metro sesenta que se define como "una persona normal". Pretendía llevar "una vida tranquila" en la ciudad hasta que los ciudadanos se la han estropeado. Y ni siquiera entiende por qué
El Quintas, en una imagen de este jueves compartida en las redes
photo_camera El Quintas, en una imagen de este jueves compartida en las redes

La rapidez que se movilizó la sociedad lucense este jueves fue pareja al grado de alarma que creó la presencia en las calles del asesino y violador Manuel Martínez Quintas, ahora exconvicto y hombre libre con todas las de ley. A la distribución por las redes del cartel que le delataba le siguieron en poco tiempo, fotografías en las que se le veía en la Praza da Constitución, frente a la estación de autobuses, compartiendo risas con otras personas en un banco.

"No soy ningún peligro, soy un jubilado que cobro mi pensión y me levanto por la mañana a correr"

A la hora de responder a algunas preguntas, sin embargo, prefiere alejarse del grupo, como si ellos no conocieran aún su pasado reciente. Solo algunos tatuajes y una dentadura desvastada por las drogas pueden dar pistas del mismo.

Es, por lo demás, un hombre bastante fuerte y en buena forma física para su edad, con una larga perilla cana, al igual que el pelo recogido en una pequeña coleta. Parecía estar disfrutando de su recién estrenada libertad tan a gusto hasta el jueves por la tarde, cuando empezó a intuir la que se estaba liando "al ver gente haciendo fotos. No sé qué tengo que hacer, tendré que presentarme en el juzgado o en la Policía y decir lo que pasa y ya está, que me digan ellos dónde voy".

Pues tiene prohibido ir a su casa, a Zamora...
Tengo prohibido ir a media España. No puedo ir a Valladolid, no puedo ir a Zamora, a Alicante, a Jaca, a Huesca... a media España. Y eso que está recurrido, eh.

¿Por qué decidió quedarse en Lugo?
Porque era lo más cerca.

¿Conoció en prisión a gente de Lugo?
No, no conocí a nadie, solo era lo más cerca.

Pero su idea era quedarse aquí.
Claro, mi idea era quedarme aquí tranquilamente.

¿La alarma la social le hace cambiar de opinión?
Claro, ahora habrá que irse, no queda otra.

¿Tiene usted algún tipo de medida provisional que cumplir?
Me tenían que poner una pulsera pero está recurrido, porque es ilegal. No me la han puesto. Yo sé algo de Derecho y eso es ilegal, está recurrido por mi abogado.

¿Entiende que, a pesar de haber cumplido su pena, exista preocupación entre la gente por su salida?
Pues ahí está. Ahora había uno por ahí que me ha sacado una foto...

Llevan circulando fotos suyas todo el día...
Entonces que me digan qué solución hay, irme a dónde, a un pozo o a dónde.

¿Entiende que la gente pueda seguir considerándolo un peligro?
No soy ningún peligro, soy un jubilado que cobro mi pensión y estoy tranquilo. No me drogo, hago deporte... tranquilamente. La sociedad no tiene nada que temer. Hoy he ido a hablar con la trabajadora social para que busque una casa de alquiler y tal, porque en la pensión tengo pagado hasta el lunes. Y todo bien, me levanto por la mañana a hacer deporte. Ayer me compre un equipo para correr, toda la vida llevo corriendo, qué peligro voy a ser. Corro alrededor de aquí, y a la noche fui hasta abajo de todo de la Cruz Roja. Pero sea un peligro o no, es lo mismo, porque me voy a ir.

¿Cuándo?
Ya veremos a ver qué soluciones se buscan, eso lo decida el juzgado. De momento voy a ir a la comisaría y que tomen las medidas que sean necesarias, si aquí no quieren que viva que me digan dónde tengo que ir.

¿Pero va a ir a la comisaría a qué, a denunciar la presión? ¿Se siente usted acosado?
Hombre, claro. Les voy a decir que tomen una solución, a ver, algo tendrán que hacer, digo yo.

¿Ya notaba esa desconfianza en la gente?
No, hasta esta tarde no, cuando he visto a gente sacando fotos. Pero esto puede ir a más. Entonces que me digan qué solución hay.

¿Pero comprende usted que la gente tiene motivos para tener esa prevención?
Yo soy una persona normal. Han pasado muchos años. Soy una persona normal, voy a cumplir los 67 años, normal, no me voy a meter con nadie ni nada.

¿Siguió usted en prisión algún tipo de programa de reeducación o reinserción?
Yo tengo una cabeza muy amueblada después de veinte años, hombre, que ves gente que llevan doce años y están que se caen.

¿Dice que lo que hizo fue fruto de la juventud? ¿También la última violación?
Ahí hay mucho que hablar, ese delito es una trampa total porque ella es una vecina mía. Y me alegro que me haya acusado, por lo menos no pierde el matrimonio.

Pasarse veinte años en prisión para que su vecina no pierda el matrimonio parece un poco exagerado...
Pues es lo que hay.

¿Cuándo piensa irse de Lugo?
Tengo una mochila y un poco de equipaje en la estación, lo cojo y me piro. Pero a ver a dónde me dicen, porque yo suicidarme no me voy a suicidar.

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