El acusado de apuntar a la policía en un registro en Ourense dice que "los confundió con gitanos"

Los agentes realizaban un registro antidrogas en el domicilio del D.G.N. ► La Fiscalía pide para él once años y un mes de prisión

Un hombre acusado de vender cocaína y heroína en su domicilio de Ourense y de apuntar con un arma de cañones recortados a los policías que realizaron el registro ha dicho ante el juez que "los confundió con unos gitanos". Los integrantes del operativo coincidieron en que el acusado les apuntó en varias ocasiones a pesar de que desde el primer momento se identificaron como policías.

La Audiencia Provincial de Ourense ha suspendido este jueves el juicio que se celebraba contra tres hombres y una mujer acusados de vender cocaína y heroína en un domicilio del barrio de Covadonga, Ourense, que funcionaba a modo de "supermercado de la droga".

La decisión se ha producido por la incomparecencia de un testigo que en la fase de instrucción apuntó al propietario de la vivienda y a su supuesta compañera sentimental como los responsables de la venta de droga, y a los otros dos acusados como colaboradores en la venta y la vigilancia del establecimiento.

La Fiscalía reclama once años y un mes para D.G.N. propietario de la vivienda por presuntos delitos contra la salud pública, con la agravante de reincidencia (seis años y multa de 3.000 euros); de tenencia ilícita de armas, con agravante de reincidencia (dos años) y por un delito de atentado al enfrentarse a la policía con una escopeta (tres años y un mes).

Para su supuesta compañera sentimental, AB.M.G. reclama cuatro años y 3.000 euros de multa por un delito contra la salud pública. Eleva la misma petición para I.R.D. y R.L.N., como supuestos colaboradores en la comisión del delito.

La defensa del principal encausado reclama su libre absolución por considerar que el registro de la vivienda, en la que se incautaron 88 papelinas de heroína y 71 de cocaína, así como un arma larga de cañones recortados y diversa munición, fue nulo. Así, a la salida del juicio ha incidido en que cuando se realizó el registro el propietario no estaba presente, porque tuvo que ser ingresado de urgencia. También ha señalado la nulidad de esta operación porque la supuesta compañera sentimental del principal acusado no residía en ese piso sino en otra vivienda. Durante su intervención, D.G.N. ha explicado que se encaró con los agentes porque "los confundió con unos gitanos".

En esta misma línea se han manifestado dos testigos que en el momento de los hechos se encontraban en el interior de la vivienda. Uno de ellos ha refrendado que "pensaban que iban a robar" y que los agentes que intervinieron en la operación no llevaban chalecos identificativos y "en ningún momento dijeron que eran de la Policía".

Otro de los testigos ha relatado que "imaginó" que eran agentes "por la manera en la que entraron con armas en la vivienda". Los policías que accedieron a la vivienda a través de la ventana, la noche del 24 de febrero de 2016, confirmaron que no llevaban el uniforme puesto, pero que echaron mano de sus identificaciones y de los escudos antibalas para demostrar que eran policías.

Uno de ellos ha relatado que "en repetidas ocasiones" se le dijo a D.G.N. que eran de la Policía y que "estuviera tranquilo", pero que a pesar de ello el hombre les apuntó "varias veces" lo que les hizo "temer por sus vidas". Otro agente ha explicado que "tras hablar dos minutos" a través de la ventana el principal encausado depuso su actitud y entregó el arma.

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