Un equipo de retos épicos

El club Trieume nació para dar cobijo a un grupo de ponteses que disfruta preparando duras pruebas como el Ironman o los maratones

«Somos un grupo de amigos a los que nos gusta juntarnos para entrenar y, sobre todo, nos divertimos haciendo deporte». Así define Luís García ‘Flecha’ al club Trieume, una entidad que suma unos 40 integrantes de entre 23 y 52 años, y que comenzó a dar sus primeros pasos en el verano de 2016.

Muchos de ellos, los 15 que inicialmente empezaron, se conocían ya de las carreras y entrenamientos, además compartían una filosofía común. «Nos apetecía formar un club que estuviera marcado por nuestros propios ideales, sobre todo de respeto e identidad, donde nuestro compromiso para con todos es más emocional que competitivo y fomentar así los valores del deporte», aseguran, a una, los miembros de Trieume, que se han convertido ya en una gran familia.

Además de compartir entrenamientos «todos los fines de semana» -han cubierto la distancia de Sarria a Santiago a la carrera en un día o de Ponferrada a la capital gallega en bicicleta- realizan varios desplazamientos a lo largo del año, llevando, en muchas ocasiones, el nombre de As Pontes a lo más alto de la clasificación.

«Siempre vamos a la maratón de A Coruña y luego escogemos una en España y otra fuera», comentan algunos de sus miembros, que ya han dejado su pegada en pruebas en Lisboa, Sevilla, San Sebastián u Oporto. «Este año iremos en el mes de noviembre a Valencia y el próximo nos gustaría ir a Berlín y Barcelona», dicen unos atletas que no temen poner su cuerpo al límite.

De hecho, es el club pontés que mayor representación tiene en el Northwest Triman, la única prueba distancia ironman de Galicia, en la que su presidente, Luís García ‘Flecha’, cruzó la meta entre los diez primeros en la pasada edición.

«Este año en el medio participarán Julia Ballesteros y David Doce y en la larga estarán Jorge Carballeira, Javier Rochela, Esteban Díaz y yo», dice Flecha, quien recuerda cómo los integrantes de Trieume lo animaron sin descanso. «Fue muy emocionante, cada vez que pasaba por donde estaban se me ponían los pelos de punta y me caían las lágrimas», reconoce este atleta, que entrena unas 15 horas a la semana.

«Ninguno somos profesionales, todos tenemos trabajos y dedicamos el tiempo libre a prepararnos. Unos entre cuatro y cinco horas y los que más unas 14 o 15», dicen este grupo de amigos que conforman Trieume, que desean seguir cruzando metas sin parar con la ilusión del primer día.

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