"Hay que reducir el combustible vegetal que hay en el monte y el ganado es la forma más barata"

Rosa Mosquera, docente e investigadora en el campus de Lugo, representa al sector científico ante la subcomisión del Congreso que elabora la Ley de Cambio Climático y preside de la Federación Europea de Cultivos Agroforestales (Euraf)
Rosa Mosquera
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En una entrevista reciente, Rosa Mosquera asumía que un escenario como el vivido en el mes de junio en Portugal era factible en Galicia. El tiempo, desgraciadamente, le ha dado la razón.

¿Qué circunstancias se dan para que lleguemos a este escenario?
En primer lugar, muy mala suerte. Han coincidido los tres treinta -velocidad de viento mayor de 30 kilómetros por hora; temperatura de más de 30 grados y humedad inferior al 30%- con la cola de un huracán. Y ha pasado después de una sequía muy larga y eso es aún más mala suerte. En Galicia la vegetación crece muchísimo y cada diez años, más o menos, tenemos un gran incendio porque tenemos una acumulación de biomasa muy elevada. Además, la estrategia de extinción es apagar los focos iniciales y lo que hacemos es acumular cada vez más biomasa hasta que llega el momento en que se dan las condiciones meteorológicas de turno y arde todo. Es triste. No se pueden cambiar las condiciones meteorológicas ni el hecho de que existan incendiarios; hay que buscar otra manera. Yo creo que los principales actores -la consellería, los propietarios de montes, los ganaderos, que son la base para que esto no suceda-, deberían sentarse y ver cómo se puede resolver el problema a largo plazo. El año que viene no habrá combustible acumulado y no habrá grandes incendios, al siguiente tampoco, pero a los diez años más o menos es cuando toca.


"No se puede cambiar las condiciones meteorológicas ni que existan incendiarios; hay que buscar otra manera"


Cuando fueron los terribles incendios de Portugal, la Euraf dijo que podían haberse evitado si se cambiasen los usos del territorio. ¿Esto también se aplica aquí?
La solución está en reducir el combustible vegetal que hay en nuestros montes. Con eso conseguimos tres cosas: le damos uso, no arde y aunque arda, la velocidad de avance es mucho menor. Hay más facilidad para que, si se dan los tres treinta, ese potencial gran incendio consuma una menor superficie. Creo que se deben sentar los sectores implicados, la universidad puede ayudar, y plantearse de forma más seria los sistemas de prevención. Se solucionaría el problema y le daríamos un uso al territorio, obteniendo productos de gran calidad.

¿Se refiere a los sistemas silvopastorales?
El uso de ganado en el monte sería la manera más barata de hacer prevención real. Se está haciendo en Andalucía, el Ministerio también lo está potenciando y hay medidas dentro de los programas de desarrollo rural, con dotaciones económicas para introducir el pastoreo en el monte.

Además de eso, ¿influye el tipo de especies? En Pontevedra ha ardido mucho eucalipto.
El eucalipto es una especie pirófita, tiene unas cualidades que hacen que el inicio y la propagación del fuego sea mejor y más rápida. Cuando hace calor, si te paras debajo de un roble sientes fresco, si te paras debajo de un eucalipto te asas; eso lo explica bien.

¿Pero es siempre una garantía? Os Ancares está ardiendo y será probablemente vegetación autóctona...
En Os Ancares suelen arder zonas en pendiente con vegetación arbustiva: tojo sin gestionar, que arde sistemáticamente porque es una especie que si no se usa crece en altura y toda la parte interior se seca; pero si estuviera bien gestionado se cortaría antes y no ocasionaría este incendio. Eso no quiere decir que en medio de un incendio si pilla un castaño o un roble no arda también.

WWF advierte que con el cambio climático habrá más incendios extemporáneos. ¿Está de acuerdo?
No hay un modelo perfecto de lo que es el cambio climático y hay que ser cautos, pero es cierto que hay una tendencia a que haya más sequías extemporáneas. Una de las que más se nota en ganadería, que nunca se producía, es la que se da entre abril y mayo, que tiene una gran importancia económica, por eso es una buena opción tener una zona forestal con pasto en la parte baja. A partir de 2020, la agricultura entra de lleno en el cómputo de las emisiones de efecto invernadero en la estrategia de freno del cambio climático. Ahora, dentro del cumplimiento del protocolo de Kyoto, si una zona que arde se reforesta se ganan créditos de carbono, pero a partir de 2020 si una zona arde va a contar en negativo todo el perido, para penalizar los incendios.

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