La zona más degradada del barrio de A Milagrosa tiene un tercio de sus inmuebles abandonados. De los 49 edificios que conforman la manzana que está delimitada por las calles Camiño Real, Xulia Minguillón, Yáñez Rebolo y Divina Pastora, 16 están vacíos desde hace años y otros tres lo estarían de no ser porque sus inquilinos son okupas.
En este rectángulo de unos 20.000 metros cuadrados de superficie, lo que equivale a tres campos de fútbol, los propietarios de al menos cinco casas han colocado rejas y cadenas con candados en las puertas y ventanas de la planta baja con el fin de intentar evitar que sean allanadas.
Ese deterioro urbanístico que afea esta manzana, sita en el corazón de A Milagrosa, afecta a la actividad empresarial. Solo hay 11 negocios abiertos -a una media de uno cada 50 metros-. Ocho bajos vacíos no encuentran quien les quiera. Uno de esos locales, de unos 500 metros cuadrados de superficie, albergó antaño un supermercado.
«Se nota mucho en las ventas. Los clientes te dicen que evitan pasar por la zona en donde están los okupas, como hay jaleo. Vienen en momentos puntuales», afirma una comerciante, que se queja de que también está suponiendo un trastorno que esté cortada al tráfico la Rúa Xulia Minguillón, entre Camiño Real y Yáñez Rebolo, por la casa en ruinas que está pendiente de ser demolida.
La recuperación social de la zona se vincula a la rehabilitación integral del barrio. En Yáñez Rebolo conviven antiguas viviendas unifamiliares abandonadas de una planta con edificios más recientes de cinco alturas.
VISITA. El próximo viernes la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, visitará el barrio con los directivos de la Asociación de Veciños, Comerciantes e Industriais da Milagrosa y la federación vecinal como anfitriones.
Lara Méndez acudirá con concejales de su equipo de gobierno y técnicos de la Empresa Municipal de Vivenda e Solo de Lugo (Evislusa).
La comitiva vecinal estará integrada por unas 40 personas, entre directivos, comerciantes y afectados por la okupación de inmuebles.
Estos colectivos aprovecharán la presencia de la regidora local, además de para solicitar que se adopten medidas frente al allanamiento de viviendas, para pedir que se retome el proyecto de rehabilitación integral del barrio para concurrrir a las subvenciones que concede el Ministerio de Fomento.
También visitarán solares que incumplen la normativa de cierre y limpieza no barrio y la Praza Agro do Rolo, en donde se acometen obras para su humanización. Aprovecharán asimismo para pedir otras mejoras, como contenedores soterrados, alumbrado público o limpieza de aceras.
Comerciantes y vecinos coinciden en el trastorno que supone este estado de deterioro que presenta esta parte del barrio. «No es una buena zona para vivir, ni para tener un negocio», aseguraba el lunes la propietaria de una tienda en A Milagrosa.
Esta comerciante indicaba que los empresarios no pueden pagar los platos rotos de que no se sepa cómo actuar ante las personas que allanan inmuebles.
Este año la dueña de una agencia de viajes se veía obligada a trasladar su establecimiento ante los desperfectos sufridos por la acción de los okupas.
Una vecina de Camiño Real, que vive en uno de los edificios próximos a los que tienen a estos molestos inquilinos, aseguraba ayer que se está planteando «mudarse» a otro barrio.
La afectada aseguraba que sufren molestias «noche tras noche, a altas horas de la madrugada». Cuenta que recientemente se despertó, alrededor de las tres de la mañana, cuando uno de los okupas iba arrastrando por la acera «un lavavajillas industrial» para meterlo en el portal de la casa que tiene allanada.
