Aqualia, la gestora del sistema de abastecimiento de agua y saneamiento de Monforte, no ceja en su empeño de que el Ayuntamiento pague lo que considera un desequilibrio económico en sus cuentas. Acaba de perder un contencioso administrativo inicial de 1,5 millones de euros y, en base a los argumentos judiciales de la sentencia contraria a sus intereses, ha decidido retirar otro en el que exigía el pago de 2,5. Ahora ha acordado cambiar de estrategia y, según ha podido saber este diario, reclamará el Índice de Precios al Consumo (IPC) de doce años, tantos como los que la tarifa del agua lleva congelada por parte del gobierno municipal.
En caso de ganar esta nueva batalla judicial, Aqualia se embolsaría cerca de 1,5 millones de euros, a no ser que el Ayuntamiento decidiese, según figura en un informe realizado por sus servicios jurídicos y financieros, subir el recibo del agua en un 17,5 por ciento a lo largo de los próximos cuatro años, a razón de 23 céntimos por domicilio al mes cada curso, hasta completar 92 céntimos.
El alcalde monfortino, José Tomé, señaló hace un año, cuando se puso sobre la mesa por primera vez el problema de la congelación del IPC durante varios ejercicios, que la subida del precio del agua no era sustancial, pues se trataría de actualizar el recibo de doce años, en concreto el periodo que va desde el 2003 al 2009 y desde 2013 hasta la actualidad. Consideró que ese incremento de 92 céntimos sería casi imperceptible para los abonados.
El IPC acumulado por falta de actualización del precio del agua podría costarle a las arcas municipales cerca de 1,5 millones de euros
El alcalde recordó que en su momento hubo tres actualizaciones de la tarifa, llevadas a cabo durante en gobierno del BNG. En 2010 se había incrementado en un 9,5 por ciento; en 2011, en un dos, y en 2013, en un tres por ciento.
Los partidos de la oposición municipal, con mayoría en el pleno, aún no son conocedores de la intención de Aqualia de iniciar un nuevo procedimiento judicial contencioso administrativo, pero visto lo ocurrido en todas las sesiones plenarias en las que el gobierno local quiso llegar a un acuerdo con al suministradora de agua todo hace indicar que darán el no por respuesta a un convenio amistoso.
Hace un año ocurrió esto, cuando José Tomé había puesto sobre la mesa una serie de medidas para hacer una especie de borrón y cuenta nueva con Aqualia en el sentido de que el Ayuntamiento no le debía nada y la empresa tampoco en cuanto a inversiones que tendría que haber ejecutado.
El equipo de gobierno local, del PSOE y liderado por José Tomé, llevará a la sesión plenaria que celebrará la corporación local este lunes a partir de las ocho y media de la tarde, una propuesta de congelación de los impuestos y tasas municipales. Solo se modificará el IPC de aquellas relacionadas con contratos que conllevan subidas en su facturación, como el de recogida de basura, abastecimiento de agua y utilización de la piscina climatizada municipal.
José Tomé justificó estos últimos incrementos diciendo que fueron contratos «feitos por gobernos anteriores, polo que nos limitamos a cumprir o que recollen os acordos. Todos os demais impostos e taxas municipais que non están suxeitos a un contrato non subirán absolutamente nada», destacó.
José Tomé destacó que, por primera vez, se contemplan «bonificacións no Imposto de Bens Inmobles (Ibi) e no Imposto de Actividades Económicas (Iae). En ámbolos dous casos será de ata o 95% pola creación de máis de 20 postos de traballo. No caso de que se dea emprego a entre 11 e 20 persoas, esa bonificación vaise situar no 75%. Finalmente, será do 50% cando se creen ata 10 postos de traballo».
También adelantó que desea modificar el calendario fiscal . En el caso del impuesto de vehículos, quiere que su pago se realice entre el 13 de abril y el 14 de junio. El Ibi sería desde el 3 de agosto al mismo día de diciembre y el Iae empezaría el 16 de agosto para acabar el 17 de octubre.
