Más de cien personas se concentraron este viernes ante el edificio administrativo de la Xunta en Lugo para solicitar a la Consellería de Educación que restablezca el puesto de cocinera en el colegio Ponte de Doiras, de Cervantes.
Los alumnos de este centro todavía no han empezado el curso, en señal de protesta por la supresión del puesto de cocinera y la decisión de Educación de enviarles la comida desde otro centro del municipio, donde ha sido necesario contratar una persona para atender el servicio.
Los niños llegaron a la sede de la Xunta tocando gaitas y panderetas, acompañados por sus padres, vecinos, representantes del BNG y de los sindicatos UGT, CC.OO., CIG, UU.AA. SLG, STEG, el Colectivo de Mestres Pedagóxicos, Fademur y la Federación Rural Galega.
Portaban pancartas para hacerle saber a la Administración que «coa comida non se xoga» y que los recortes en el servicio de comedor no son el mejor modo de ahorrar.
El cura de Cervantes, Ramiro Martínez, actuó como maestro de ceremonias para escenificar la muerte y resurrección del comedor. «Quédanos a esperanza nun milagre», sentenció.
Mientras cantaban Venceremos nós, los niños repartieron trozos del ataúd simbólico entre los presentes, que luego fueron lanzados al aire mientras entonaban el tema A Sementeira, confiados en que «o que sementemos prenda».
Los padres han decidido que sus hijos no irán al colegio hasta que el conselleiro de Educación responda a su solicitud de reunión.
