Dos personas que trabajaron durante años al frente del departamento de contabilidad de Nupel apuntalaron ayer ante la jueza Estela San José la imagen de un grupo empresarial que Jorge Dorribo gestionaba a su antojo y desde el que desviaba miles de euros a sus cuentas particulares, las de su mujer y las de su principal socio, Arsenio Méndez. Unas cantidades que algunos días alcanzaban los 50.000 euros.
Las dos mujeres declararon ayer como imputadas dentro de la operación Campeón, y en sus testimonios queda claro que Dorribo era el único que daba las órdenes y que controlaba todos los detalles. Ni siquiera Arsenio Méndez, según indicaron, participaba de una forma visible en esas decisiones, aunque sí que el socio coruñés de Nupel acostumbraba a pasar por la empresa para cargar a Nupel todo tipo de facturas de sus gastos y sus viajes. Si había factura oficial, explicaron las dos empleadas, se metían la contabilidad oficial, y si no, en la contabilidad B.
Esto era así porque esa doble contabilidad existía desde siempre, y era Dorribo quien indicaba qué cantidad se reflejaba en una o en otra. Y lo hacía, según testificó una de ellas, incluso en contra de las reiteradas advertencias de su asesor fiscal, también imputado en este caso. A veces incluso se limitaba a dejar un papel blanco con una cantidad escrita y el nombre de un producto y se metía directamente en la contabilidad B.
