La vieja cárcel del partido judicial apura sus obras de transformación para que, como recordó ayer el alcalde José López Orozco, «un centro que no seu momento foi de dor, pase a ser un centro de vida e cultura». El regidor, acompañado de varios concejales de los tres grupos, visitó los trabajos de reforma del edificio, que en su primera fase afectan a la parte posterior y que, según indicó la arquitecta Covadonga Carrasco, podrían estar listas en verano.
La socia del estudio Creus & Carrasco, ganador del concurso convocado por el Concello para recuperar esta cárcel modelo que data del año 1880, fue la encargada de guiar la visita por unas obras que, según sus palabras, «depararon sorpresas positivas». Así, aludió al buen estado de conservación de las vigas del tejado, las escaleras y las pasarelas de acceso a las celdas, la mayor parte de las cuales fueron restauradas para que sigan cumpliendo su función. También serán conservadas tal cual las cubiertas tanto del edificio principal como la de los almacenes, que quedarán a la vista por la singularidad de las técnicas usadas en su construcción. Con respecto al tejado del patio central, la arquitecta destacó el armazón de hierro del modelo polenceau, elegido en su día por Nemesio Cobreros, autor del proyecto, a pesar de tratarse de un sistema caro que fue necesario importar de Francia.
