El sacerdote Alfonso Carrasco Rouco, sobrino del cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, fue designado nuevo obispo de Lugo después de que el Papa Benedicto XVI aceptase la renuncia a este gobierno pastoral de José Higinio Gómez González, que era obispo desde 1980.
Alfonso Carrasco Rouco, profesor de Teología Dogmática en la facultad de Teología San Dámaso de Madrid, sustituye a José Higinio Gómez, un franciscano muy popular y querido en la ciudad de Lugo, que deja el obispado al alcanzar la edad de jubilación (75 años) y tras la larga enfermedad que padece desde hace unos años y que le ha obligado a recibir tratamiento oncológico.
La Nunciatura Apostólica en España informó al Obispado de Lugo que hoy la Santa Sede hizo público que el Papa Benedicto XVI nombró Obispo de la Sede Episcopal de Lugo a Alfonso Carrasco Rouco, de 51 años de edad y natural del ayuntamiento lucense de Vilalba, dentro de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.
El nuevo obispo de Lugo fue ordenado sacerdote el 8 de abril de 1985 y su vida sacerdotal ha estado desde el inicio vinculada con la enseñanza. Cursó los estudios de Filosofía en la Pontificia Universidad de Salamanca y los de Teología en Friburgo (Suiza), donde obtuvo la licenciatura en 1980 y el doctorado en Teología en 1989.
Además, es miembro de la Comisión Teológica Asesora de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española (1995); miembro del Consejo de Redacción de la Revista Española de Teología y del Consejo Asesor de Scripta Theologica, Communio.
Actualmente es profesor de Teología Dogmática en la Facultad de Teología "San Dámaso" de Madrid (1996) y director del Departamento de Dogmática de la misma facultad (2006); y colaborador en la parroquia de "San Jorge, mártir de Córdoba", de Madrid (1992), entre otros.
Como ya adelantó El Progreso, el nombre de Carrasco formaba parte de una terna en la que también estaban Raúl Berzosa, obispo auxiliar de Oviedo, y Segundo Pérez López, canónigo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Los dos últimos coincidieron, precisamente, el pasado domingo en la clausura del año jubilar de San Rosendo, acto que reunió a todos los obispos de Galicia excepto al saliente de Lugo.
