Pueden sumarse al problema

El día en que la OCDE anuncia que la tasa de paro subirá hasta el 27,8% y «que las reformas que desregulan excesivamente el despido provocan un aumento de rescisiones»; el día en que Rajoy se reune en La Moncloa con los más importantes empresarios y banqueros españoles para hablar de la competitividad del país y para transmitirles que él piensa seguir; ese mismo día, ayer, los titulares informativos están dominados por la política que se deriva del caso Bárcenas. Rubalcaba anuncia una moción de censura si el presidente del Gobierno no acude al Congreso a dar explicaciones. El drama de un país en el que se pronostica todavía más crecimiento del paro, y los inmensos lodos de la corrupción que parecen penetrarlo todo y monopolizan la atención y la acción política. Ayer se supo que está comprobado que Convergencia Democrática de Cataluña recibió 5,1 millones de FCC. Una parte del problema está ahora en el caso Bárcenas, pero el problema, lamentablemente, es más amplio. Hay un lodazal bajo el paraguas de la financiación de los partidos y en ciertas prácticas corruptas como las que se investigan con los dineros del paro en Andalucía. La oposición quiere morder presa en Rajoy con el caso Bárcenas. Pero la limpieza de la zona afectada por el tumor de la corrupción y la contabilidad opaca de los partidos exigiría la implicación de todos. Mientras el discurso de Andalucía y Madrid sea el mismo pero con intercambio de actores, según se esté en el poder o en la oposición, se demuestra que no hay voluntad real de cambio. Pudiera acabar por suceder que los votantes y los ciudadanos vean en los políticos parte del problema que impide hacer frente a esa creciente tendencia negativa en el paro, a esa falta de fluidez en el crédito que el lunes pedía el FMI y que vienen demandando los empresarios para poder hacer frente a la crisis.

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