Adega pide una Galicia libre de transgénicos

Adega reivindica una Galicia libre de cultivos trangénicos. La organización ecologista ha pedido a las consellerías de Medio Rural y Medio Ambiente que no autoricen ensayos con plantas transgénicas en la comunidad, como pretende el Ministerio de Medio Ambiente.

Adega denuncia que este departamento estatal se propone autorizar un ensayo masivo con cultivos de maíz transgénico. Esta prueba pretendería evaluar el riesgo de la liberación en el ambiente de un híbrido derivado de dos variedades transgénicas.
 
Entre las comunidades en las que se pretende llevar a cabo este ensayo está Galicia -además de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Navarra- con tres localidades seleccionadas para realizar estas pruebas, las coruñesas Val do Dubra y Touro y la localidad  lucense de Castro de Rei.

Los ensayos autorizados por Medio Ambiente se proponen recoger datos sobre el comportamiento agronómico de dos variedades de maíz transgénico (NK603 x MON 810) pertenecientes a la empresa Monsanto Agricultura España, para posteriormente incluírlas en el Registro Español de Variedades Comerciales.

España, permisiva con los transgénicos
Asociación Ecolóxica de Galiza recuerda que España es el único estado de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala. Según los datos de la organización ecologista, en 2007 se plantaron en todo el Estado unas 75.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias que los hacen más resistentes a los herbicidas y a ciertos insectos.

Ante esta situación, Adega pide que al menos la Xunta impida que se cultiven en territorio gallego, por medio de una declaración parlamentaria, tal y como hizo en su día con los residuos nucleares.

Los ecologistas advierten de los riesgos
Según explica la organización ecologista, la lei obliga a que un alimento que contenga transgénicos deba informar de ello en su etiqueta de venta. Sin embargo, se tolera la presencia de productos genéticamente modificados sin advertirlo al consumidor si es menor a un 1%.

La asociación advierte de que este tipo de alimentos modificados presenta problemas y riesgos de tipo sanitario, medioambiental y socioeconómico. Los productos transgénicos están protegidos por patentes, por lo que no se pueden utilizar libremente sus semillas. Su cultivo contribuye a la desaparición de las variedades autóctonas, menos resistentes.

Los ecologistas alertan además de los riesgos potenciales para la salud, asegurando que podrían aparecer alergias a las nuevas moléculas que producen estas plantas.

Señalan que los alimentos podrían contener substancias que resulten tóxicas, aunque en cantidades muy pequeñas, y que su potencial resistencia a los antibióticos podría implicar resistencias de bacterias patógenas a estos antibióticos.

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