Los partidos usan la abstención como munición de campaña

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Después del llamamiento de ETA a la abstención que, casualidades de la vida, es la estrategia electoral que confesó seguir el 'popular' Gabriel Elgorriaga -el cerebro de la campaña de Rajoy- al Financial Times, los partidos encontraron un nuevo flanco para atacar al candidato Rajoy.

Desde la forma más obvia, en la boca de Gaspar Llamazares, que afirmó que "los extremos", es decir, PP y ETA "se tocan", hasta Zapatero, que aseguró en tierras canarias que "la abstención es el voto más triste", y sugirió que se debe a la "poca confianza en la democracia y en ellos mismos".

El candidato socialista tiró en tierras insulares del tema de la inmigración, asegurando que ellos sí que han regulado eficazmente la entrada de extranjeros, mientras que el discurso del PP "excita las bajas pasiones".

Zapatero sube los precios "hasta en rebajas"
Rajoy por su parte desafiaba el difícil feudo socialista de Zaragoza. Para ganarse al público local, unas 7.000 personas prometió garantizar el caudal ecológico del Ebro y "con el agua que sobra" ayudar al Levante "porque todos somos españoles". Para Zapatero, Rajoy usó munición económica: "Zapatero ha conseguido que los precios suban hasta en las rebajas y que la cuesta de enero se prolongue hasta diciembre".

En Zaragoza acompañó a Rajoy el secretario ejecutivo de Comunicación del PP -sí, el mismo Elgorriaga- que acudió después de desmentir las frases que el Financial Times puso en su boca, pero faltaba el aragonés Manuel Pizarro, que puso como condición en su 'fichaje' no hacer campaña en su región. Una ausencia que no por advertida fue menos notable.

Espinosa quiere domar a los "lobos" del PP

En Galicia hubo la habitual ración de ministro socialista. En esta ocasión le tocó en gracia a la 'viguesa' Elena Espinosa el hacer campaña en su provincia natal, ehm... Ourense, con el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño. En O Barco, ambos atacaron a Rajoy, por hacer campaña por la abstención. Espinosa advirtió hoy de que los señores del PP "son lobos con pel de cordeiro" y es necesario "moderalos" votando el próximo día 9 de marzo. Touriño dijo que "fai falta ser tristes, negativos e cenizos" para emplear estas tácticas. También cargaron contra Baltar, al que, en un alarde de originalidad, acusaron de "cacique" y de fomentar la "dedocracia".

Touriño tocó temas sensibles entre su audiencia al referirse al plan de Equilibrio Territorial, del que aseguró que invertirá en la zona 3.600 millones de euros hasta 2010 "para que no haya una Galicia de dos velocidades", y destacó especialmente la apuesta por el empleo y las comunicaciones, como la autopista A-76, entre Santiago y Ourense, que el PP "nunca quiso hacer" y que "va a cambiar la vida de la Galicia interior".

Feijoo dice que Rajoy cuida mejor de tu casa

En Lalín, el presidente de los 'populares' gallegos, Alberto Núñez Feijoo habló ante un auditorio 'amigo', en Lalín, acompañado por la cabeza de lista en la provincia de Pontevedra, Ana Pastor, el alcalde local, Xosé Crespo, y el espíritu de José Cuiña echando una mano entre bambalinas. Aseguró que si tuviera que dejarle las llaves de su casa a un candidato durante un fin de semana, elegiría a Rajoy, con la confianza de que "el lunes todo seguiría igual".

Feijoo también tuvo palabras para el presidente de la Xunta, al que acusó de no controlar las "irregularidades" que, en su opinión, se están produciendo en el seno del Ejecutivo autonómico, y nombró otra vez el billete a Mexico y la Autovía del Barbanza.

Ana Pastor, por su parte, dirigió sus críticas a los nacionalistas, y en concreto a su líder, Anxo Quintana. Aseguró que en estas elecciones esconden su ideología "nacionalista radical", un hecho irrefutable, que según su razonamiento, queda demostrado porque votaron en el Congreso “con otros nacionalistas e independentistas”, como Esquerra Republicana de Catalunya.

Quintana, entre amigos

Quien parecía estar como en casa durante la jornada de hoy fue Anxo Quintana. A lo mejor porque sí que estaba 'en casa'. En Allariz reunió a 900 personas, el auditorio más amplio de toda su campaña, para pedir el voto "progre". Secundado por el alcalde, Francisco García y por Iago Tabarés, el cabeza de lista por Ourense del Bloque, Quintana hizo matemáticas con el cuarto y disputado escaño de la provincia. Si dos son fijos para el PP -San Baltar mediante- y uno es para el PSOE, el cuarto tiene que ser para el joven imberbe que aparece en los carteles, y que se definió como "de Ourense, ese pueblo que está a veinte quilómetros de aquí".

Antes Quintana había estado en Santiago, pidiendo el voto de las mujeres. Reclamó un juzgado especializado en violencia de género en cada una de las ciudades gallegas. Posteriormente completó su excursión por Salcedo, en Pontevedra, para pedir frente a unos  650 jóvenes no sólo que no se despisten el día 9, sino que busquen votos "puerta a puerta, barrio a barrio, pueblo a pueblo", como acto de "rebeldía intelectual".

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