La parroquia lucense de San Antonio de Padua terminó ayer el reparto de patatas entre las familias más necesitadas, que se llevaba a cabo desde el mes de septiembre. En este tiempo, resultaron beneficiarios de esta iniciativa solidaria 435 hogares.
En la jornada de este lunes distribuyeron alrededor de 80 sacos del tubérculo, los últimos de una cosecha de más de 10 toneladas. Se trata de la primera producción propia de la parroquia y el sacerdote, Alberto Leiva, se mostró muy satisfecho por el resultado. «Responde ao que ten que ser unha actividade solidaria», dijo.
