Aplazado el juicio por delito medioambiental contra Lence

Jesús Lence a su salida del juzgado (Pepe Álvez. EPL)
photo_camera Jesús Lence a su salida del juzgado (Pepe Álvez. EPL)

Las ausencias de una bióloga y un agente de Seprona retrasarán la vista oral en la que el empresario Jesús Lence iba a ser enjuiciado por un presunto delito contra el medio ambiente. El Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo decretó el aplazamiento este miércoles después de que ambas personas llamadas a declarar no se presentasen a la cita.

El miniserio Fiscal había solicitado el informe pericial de la bióloga, así como el testimonio de uno de los agentes del Seprona que instruyó las diligencias. Ante su ausencia, tanto la defensa como la acusación pública solicitaron el retraso del juicio, que ha quedado fijado para el próximo 18 de febrero.

Delito medioambiental

El fiscal le imputa al propietario de Leite Río un presunto delito contra el medio ambiente, a causa de una ''gran mortandad'' piscícola -83 bogas y 1.818 truchas- que se produjo en el río Tordea en agosto de 2002, supuestamente por los vertidos de su fábrica de Vega de Anzuelos, en el municipio lucense de Láncara.

La acusación pública solicita para el empresario, como administrador único del grupo en aquella época, una pena de tres años de prisión y la inhabilitación especial para ejercer como representante legal de entidades mercantiles por un periodo de dos años, así como una multa a razón de 300 euros diarios durante dieciocho meses.

Vertido tóxico
Los hechos por los que será juzgado el empresario se remontan al 7 de agosto de 2002, cuando agentes del Seprona observaron que la depuradora de la fábrica de Leite Río vertía ''aguas blanquecinas'' al arroyo Os Trollos, un afluente del río Tordea, según el escrito de acusación.

La analítica de las muestras tomadas en ambos caudales por los funcionarios de la Guardia Civil dio como resultado una alteración de los niveles de fosfatos, nitratos, sólidos en suspensión, cloro, PH y oxígeno.

Días más tarde, el 15 de agosto, los agentes del Seprona tuvieron conocimiento de que se había producido una ''gran mortandad piscícola en el río Tordea'' y constataron la existencia de un nuevo vertido en el arrollo Os Trollos, procedente de la misma empresa.

El análisis de las muestras tomadas en el colector de la fábrica y en ambos caudales dio como resultado unos parámetros capaces de ''alterar significativamente el ecosistema fluvial'', según el ministerio Fiscal.

Defecto de fabricación

Sin embargo, los abogados que se ocupan de la defensa del empresario lucense mantienen que el vertido del día 7 de agosto fue ocasionado por un defecto de fabricación en el sistema de almacenamiento y distribución de concentrados de ácido y sosa, que provocó una fuga de ácido nítrico que acabó por corroer el fondo del tanque de homogeneización de la propia depuradora de la factoría.

Además, intentarán demostrar que los vertidos de la estación depuradora de Leite Río ''no dañan la fauna piscícola'', ya que la factoría no utiliza ''fosfatos, nitratos o cloro'' en su proceso industrial o de depuración de las aguas residuales, mientras que los valores del PH del agua se encontraban dentro de los parámetros autorizados.

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