La playa de Patos acoge a surferos disfrazados que celebran un Carnaval salado

Decenas de surferos acudieron hoy a celebrar la festividad de Carnaval, algunos de ellos con disfraces y coloridos atuendos, a la playa de Patos, deslizándose en con olas y practicando ese deporte en auge en la costa gallega.

Capas, túnicas, máscaras o disfraces representativos de abeja, perro y otros animales, o médico, cocinero y hasta de sevillana, son algunos de los atuendos que los surferos vistieron por encima de la combinación de neopreno para protegerse de las frías aguas atlánticas.

Niños, adultos o monitores concurrieron a celebrar el Carnaval pasado por agua sobre una tabla de surf, una convocatoria que una escuela deportiva de la zona organiza desde hace varios años en esa zona de la localidad pontevedresa de Nigrán, en la entrada de la ría de Vigo.

"La principal dificultad es mantenerse sobre una tabla de surf con un disfraz, que mojado todavía pesa más", comentó Adrián Seoane, uno de los instructores y organizadores del evento.

La temperatura del agua, según los organizadores, ronda los 14 grados centígrados y las condiciones meteorológicas favorecen en esta época un oleaje abundante.

Con olas de dos metros y medio, y marea alta, unas condiciones propensas para surfear, algunos de los participantes aguantaron un precario equilibrio, aunque otros acabaron con sus disfraces sumergiéndose y rebozándose de arena y sal, empapado en agua salada, entre humor y cordialidad deportiva.

Los organizadores atribuyeron el premio al disfrazado más joven a Hugo, de 7 años, que iba vestido de Neptuno, y a un hombre de 50 años ataviado de chef de cocina, el de mayor edad.

Sin embargo, el premio al mejor disfraz se lo llevó la pareja vestida de alienígenas integrada por el francés Paul y su compañera Pilar, y el de la mejor comparsa fue para un grupito de adolescentes que decidió imitar a los instructores de surf, según los organizadores.

Todos ellos fueron obsequiados con artículos deportivos de una conocida escuela de surf, convocante del evento, que se plantea el año próximo galardonar "al que más aguante encima de una tabla de surf disfrazado", comentó Seoane, tras explicar las dificultades que tuvo para mantenerse en equilibrio vestido de perro.

El surf carnavalero es una de las maneras con la que desde hace unos años los monitores tratan de promover la práctica de ese deporte, y que ha incrementado su afición en la costa gallega, donde proliferan numerosas escuelas y clubes.

Aunque el verano parece el momento más propicio para surfear, Seoane aseguró que "invierno es la mejor época para perfeccionar" ya que acostumbra a haber "las mejores olas y unas condiciones idóneas" para deslizarse.

La evolución de los materiales de neopreno para mantener la temperatura corporal, incluidos patucos con mejor adherencia a la tabla, ha incrementado el número de aficionados que practican de manera estable todo el año.

En invierno, en Galicia "hay más olas y estas son más duras", lo que permite estar constantemente encadenando sin demora la practica de esa disciplina deportiva, según Seaone.

El surf, que comenzó a popularizarse hace medio siglo en las costas de Hawai o California y que desde entonces la marea de practicantes se ha extendido por las costas en busca de playas con oleaje idóneo, entre las que figuran varias del litoral gallego.

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