La Policía Nacional ha desarticulado una red nigeriana que llevaba dieciséis años traficando con mujeres para fines de explotación sexual, en una operación que se ha desarrollado en Madrid, Tarragona y A Coruña y en la que han sido detenidas siete personas y liberadas doce víctimas, una de ellas menor de 15 años.
Así lo han informado en rueda de prensa la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; el jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez, y el comisario Santos Catalino, segundo jefe de la Ucrif (Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental) de Madrid,
Los siete detenidos, todos los cuales han ingresado en prisión, captaban a jóvenes nigerianas con falsas ofertas de trabajo en Europa o, si eran menores, les ofrecían cursar estudios en España, y antes de viajar las sometían a rituales de vudú en presencia de un brujo para que fueran obedientes.
Cuatro de las detenciones se han practicado en Madrid, dos en Tarragona y una en A Coruña, aunque la red operaba también en Córdoba y Málaga, así como en Suiza.
La investigación comenzó en julio del año pasado a raíz de la documentación que se incautó en una operación similar, en la que fueron detenidas diez personas y liberadas cuatro mujeres.
Así se supo que un hombre nigeriano afincado en el barrio madrileño de Moratalaz lideraba desde 1999 un grupo dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, y que era él mismo el que viajaba frecuentemente de Nigeria para captar a jóvenes con engaños, algunas de ellas menores de edad.
Se trata del conocido como Mr. Bush o Tito Godwin, quien manejaba mucho dinero y "movía muy bien los hilos en su país", lo que le permitía convencer a las mujeres y traerlas desde Nigeria a España con pasaportes falsos, según ha relatado el comisario de la Ucrif.
Antes de partir de su país de origen las mujeres firmaban un contrato y se sometían a ritos de vudú para que fueran obedientes y nunca denunciasen ante la Policía, ya que de lo contrario tanto ellas como su familias sufrirían los peores males.
Una vez en España les retiraban el pasaporte y les descubrían que tenían que prostituirse hasta saldar una deuda de entre 45.000 y 60.000 euros, a la que sus captores iban sumando el coste de la habitación y de la comida que les proporcionaba el grupo. Además, sus captores las llevaban a las oficinas de asilo para que cumplimentaran este trámite, diciéndoles lo que tenían que decir.
Las mujeres eran distribuidas por clubes y pisos de diferentes ciudades españolas y europeas, donde si se negaban a ejercer la prostitución eran agredidas. Al culminar la operación, la Policía ha detenido a siete personas, entre ellas el cabecilla, que han ingresado en prisión.
También han localizado a doce víctimas, seis de las cuales ya habían saldado supuestamente su deuda con la banda, mientras que otras seis permanecían retenidas. Una de esta últimas tenía 15 años y ahora es testigo protegido, han informado los mandos policiales.
La investigación permanece abierta y ahora se analizan los seis teléfonos móviles y los veinticinco ordenadores que se han intervenido en los registros.
La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ha felicitado a la Policía por esta "brillante" operación contra lo que ha denominado esclavitud y ha subrayado que desde que ella accedió al cargo en 2012 se han llevado a cabo 34 operaciones de este tipo en las que han sido detenidas 164 personas y liberadas 121 mujeres.
Tanto el jefe superior de Policía de Madrid como el comisario de la Ucrif han subrayado la complejidad de la operación y han agradecido la colaboración de la Fiscalía y del Juzgado de Instrucción 48 de Madrid, que ha hecho posible las detenciones y los registros.