Una semana para no vestir de rojiblanco en Europa

No fue una buena semana para pasear vestido de rojiblanco por Europa adelante. El Atlético más irreconocible de la era Simeone cayó ante un desatado Bayer Leverkusen (1-0) que pudo darle el golpe de gracia pero que acabó dejándolo con vida para la vuelta. Esa fue la mejor noticia para un equipo, el colchonero, que en el Calderón pierde todos los miedos que esta temporada lo están atenazando lejos del Manzanares. Tendrá que sobreponerse, eso sí, a las bajas de los dos jugadores que son la extensión del Cholo en el césped: Godín desde la retaguardia y Tiago en la medular.

Lo que ya no tiene solución es lo del Ahtletic en la Europa League. Cayó ante el Torino (2-3) en San Mamés, que más que un fortín, como siempre lo fue, ahora parece la casa de paja de los tres cerditos en el cuento popular. A los de Valverde les sucede lo mismo que al Celta de la 2003-2004, que acabó descendiendo a Segunda al no poder sobreponerse a los esfuerzos de la Champions. Debilitados por las salidas en los últimos años de Fernando Llorente, Javi Martínez o Ander Herrera, los leones ya no tienen fondo de armario suficiente como para andar por casa con comodidad y después acudir elegantes al teatro.

Mejor le fue el martes al Barcelona (1-2), que dio un paso de gigante hacia los cuartos del gran torneo continental y, sobre todo, sepultó bajo llave la pesadilla sufrida ante el Málaga en Liga. El rival ayuda. Y es que el Manchester City, al que Messi perdonó la sentencia con el penalti que falló en las postrimerías, sigue sin engancharse al vagón en el que viajan los equipos punteros de Europa. Año tras año, y pese a una inversión millonaria, tropieza a la mínima que el adversario sea de cierto postín. Solo Agüero, jugador de dibujos animados, parece estar al nivel superlativo que el precio que pagaron por él presupone. Los de Pellegrini son como aquel que se deja los ahorros en una máquina milagrosa para hacer abdominales y después se da cuenta de que en realidad no sirve para nada y su panza sigue ahí, terca e inmutable. Por mucho que fiche, el City conserva todos los defectos de los últimos años: sigue sin competirle a los grandes.

Al igual que Luis Enrique, también pueden sonreír Emery y Marcelino, que cabalgan con paso firme en la segunda competición europea. El Sevilla se impuso al peligroso Borussia Mönchengladbach (2-3) en un partido loco en el que demostró personalidad. El Villarreal, ante un rival de menor entidad, logró sobreponerse (1-3) a un Salzburgo que se adelantó en el marcador. Lo hizo, entre otras cosas, porque tiene en su plantilla a Vietto, un jugador llamado a participar en batallas mayores. El argentino, que tiene la mirada aviesa cuando coge la pelota y enfila vertical la portería, interpreta por ahora un madrigal, pero pronto será solista en las grandes óperas europeas.

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