Para mucha gente fue una sorpresa su entrada en política y ahora es una sorpresa su marcha. ¿Cuál es el motivo?
Los motivos son personales y familiares. Es un ejercicio de responsabilidad. Considero que si decides dedicarte a la política, y más ser concejal de un ayuntamiento, tienes que tener disponibilidad las 24 horas del día y los 7 días a la semana. Tienes que estar al lado de la gente, atendiendo problemas que surgen, y en este momento no puedo tener esa dedicación. Aunque tengo que decir que siempre se me han facilitado compatibilizar la maternidad con el trabajo.
De no haber esas circunstancias personales, ¿habría continuado? ¿O la política quema?
Sinceramente, también influye, porque cuando te dedicas en cuerpo y alma a un trabajo te quemas antes. Yo puse todo de mi parte para que todos los asuntos salieran adelante, no solo de mi área, y eso hace que te canses antes. Son sentimientos contradictorios. Por un lado está el afán de seguir trabajando, porque siempre hay cosas que mejorar, y por otro, cierto cansancio.
Durante una época se habló de usted como posible relevo de Orozco. ¿No le tentó ser la primera alcaldable socialista de Lugo?
Me encanta que haya mujeres alcaldesas, y seguro que en el futuro tendremos una alcaldesa en Lugo. Es bueno que las mujeres tengan más participación en la política, porque tenemos mucho que decir, pero nunca me vi como alcaldesa ni creo que tenga el perfil.
¿Qué cree que hay que tener?
Lo primero, mucha capacidad de liderazgo, cercanía... Yo diría las cualidades que tiene Orozco, que yo no poseo. Sí que puedo ver en mí capacidad de gestión, y de ahí que me haya implicado en la mejora del conjunto del Ayuntamiento, pero para ser alcalde hay que tener otras cosas.
Inversiones. "Nunca me vi como alcaldesa, ni creo que tenga el perfil. Sí que puedo ver en mí capacidad de gestión"
Siempre ha sido una persona muy próxima a él, ¿cuál cree que es la receta de su incombustibilidad tras 16 años y lo que ha pasado?
Es una persona que con las dificultades se crece, si se comete una injusticia contra él, como se está cometiendo ahora con las imputaciones, se rebela y se defiende. Además, cree muchísimo en el potencial de Lugo y de los lucenses, nunca se va a desanimar en esa lucha porque Lugo sea una ciudad mejor. Y eso es lo que hace que siga teniendo ideas.
¿Y cree que los ciudadanos verán eso o a un político quemado y cuestionado judicialmente?
Yo creo que no está nada quemado, y lo que percibo yo de la gente de la calle es que es una persona muy querida, que se le valora lo que ha hecho por la ciudad y que se cree en su honorabilidad.
A usted le tocó la concejalía tradicionalmente más codiciada y de la que ahora muchos huirían. ¿Que fue lo más difícil?
Me tocó una época de ajustes económicos, de tener que reducir el presupuesto en más de 10 millones de euros, más de un 10%, con lo cual mi papel fue en muchas ocasiones decir que no a buenos proyectos que presentaban los compañeros. Cambió la forma de gestionar porque se ha examinado el destino de cada euro, se ha administrado con muchísimo rigor, se ha buscado dinero debajo de las piedras y lo hemos encontrado. Conseguimos los fondos Urban, del Fondo Social Europeo para proyectos de empleo...
Urban, Plan E..., en suma pasó mucho dinero por sus manos. ¿Cree que los ciudadanos reconocen y aprecian las inversiones hechas?
No con mucho detalle, creo que la gente se da cuenta de que vive en una ciudad mejor que hace años pero quizás no perciban el detalle. La gente en general no distingue bien qué es competencia de cada administración, y me parece normal porque hay bastante lío en esta cuestión. A Orozco se le echa la culpa de todo, sobre todo de lo malo, y eso hace que a veces queden ocultas tantas infraestructuras que hizo el Ayuntamiento.
Por los datos que nos presentan cada año, siempre con superávit, da la sensación de que el Concello tiene dinero pero no lo gasta.
No es así. Ahora mismo las normas del techo de gasto ya hacen que no podamos gastar todo el dinero que tenemos. Por otra parte, es muy difícil ejecutar las obras en el propio ejercicio presupuestario, pero en cambio en gasto social hemos gastado más de lo presupuestado. Siempre tenemos un superávit, que es como tiene que ser, no puede ser que se gaste más de lo que se tiene, pero es más o menos el 10% del presupuesto, y en el ejercicio siguiente es el remanente que nos permite hacer cosas. Al final se gasta todo.
Lo que es evidente es que gobernar en minoría dificultó las cosas.
Sí, a veces sin sentido, por decisiones faltas de coherencia por parte del PP, sobre todo. Yo entiendo que se pueda votar en contra porque no estás de acuerdo con los proyectos que se van a llevar a cabo y presentas una alternativa, pero no puedo entender que se vote en contra de renunciar a un crédito, como se votó el otro día.
Operación Pokemon. "Hubo semanas que prácticamente las dedicamos a suministrar información al juzgado"
A veces queda la duda de si el esfuerzo negociador del gobierno fue el que tenía que ser.
Las negociaciones tienen sus cauces oficiales, tenemos una comisión de cuentas en la que se dan todas las explicaciones, políticas y técnicas, y se pueden hacer propuestas, pero nunca han querido utilizar las comisiones para negociar. Nunca en el Ayuntamiento la oposición tuvo tanta información. Yo es que además lo viví en mis propias carnes porque mi padre cuando era concejal no tenía acceso a nada, ni aun pidiéndolo. Ahora pueden venir a hablar con los funcionarios, está la web... Tenemos más canales de participación y negociación que nunca.
Recientemente, un compañero admitía que la operación Pokemon puso patas arriba la vida interna del Concello. ¿Lo comparte?
Cómo no. Hubo semanas que prácticamente las tuvimos que dedicar a suministrar información al juzgado, pero aun así los funcionarios hicieron un gran esfuerzo para que el Ayuntamiento siguiera funcionando.
Pero desde entonces todos los procedimientos son más lentos, todo cuesta más...
Eso también. Ahora nos dotamos de muchas más garantías, sí.
¿Cómo lo vivió usted?
Fueron momentos muy duros y de incertidumbre. Luego de tranquilidad, al revisar los expedientes y ver que están bien hechos.
