La Xunta defiende una Lei de Pesca ''no intervencionista'' que PSdeG y BNG rechazan porque ''destruye''

Con los votos a favor del grupo popular y la oposición de PSdeG y BNG, el pleno de la Cámara gallega autorizó la entrada a trámite del proyecto de ley que modifica la Lei de Pesca de Galicia, aprobada por el bipartito en diciembre del pasado año.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, defendió la urgencia de reformar la ley para lograr un texto "ágil y moderno" fruto del consenso con el sector; mientras que los grupos de la oposición coincidieron en criticar que se trata de una propuesta que "no construye, destruye".

La Lei del bipartito, un ''parón''
La titular de Pesca señaló que la entrada en vigor de la ley del bipartito --que quedó aplazada seis meses-- supondría un "parón del ritmo de la actividad" y crearía "indefinición, debilidad y vacíos legales" para el sector, criticando el aumento de la burocracia y la inseguridad jurídica que derivaría.

Frente a ello, subrayó que el texto reformado será "claro, concreto y realista", con un carácter "no intervencionista" que dará a los agentes del sector "la posibilidad de organizarse como mejor consideren", contando con la colaboración de la Administración.

Así, Rosa Quintana destacó la conveniencia de "huir de las imposiciones y del dirigismo político" que en su opinión caracterizaba a la anterior ley, dotando al sector pesquero gallego de "instrumentos jurídicos válidos y no trabas administrativas". "Proponemos una alianza entre la administración y el sector", añadió, abogando por una ley "fruto del consenso, y no sólo de la consulta".

Frente a esto, el portavoz de Pesca del grupo parlamentario del BNG, Bieito Lobeira, lamentó que la primera iniciativa en la materia que presenta la nueva Xunta tenga como objetivo "destruír". Tras calificarlo de "muy clarificador", argumentó que la memoria explicativa de la reforma revela el auténtico propósito de los cambios: privatizar algunos servicios que eran públicos.

BNG: "Lo público no es más caro"
En este sentido, indicó que la reforma supondrá privatizar el Centro de Control do Medio Mariño y que volverá al servicio anterior de guardacostas. "Si lo que pretenden es ahorrar dinero, nos parece bien", indicó Lobeira, pero añadió que "no acreditamos en la máxima del PP de que lo público es más caro". El diputado nacionalista defendió que "lo que es garantía de la calidad del servicio prestado a la sociedad es lo público", alertando de la importancia de mantener la calidad en temas de seguridad alimentaria.

Asimismo, Lobeira señaló que la decisión de la Xunta supone una "desautorización política" al que era su portavoz de pesca en la anterior legislatura, José Manuel Balseiro, porque mantiene partes del texto a los que se opuso el PP en la oposición. Finalmente, criticó que sí haya dinero para "subvencionar el despiece de 46 buques de pesca de altura".

PSdeG: "Amistades peligrosas"
Desde el PSdeG, la diputada Marisol Soneira rechazó las críticas del PP a que la Lei de Pesca del bipartito no fuese fruto del consenso con el sector y acusó a la conselleira do Mar de tener "amistades peligrosas a las que debe dar cuenta".

Además, Soneira coincidió en calificar la propuesta de reforma como una acto de destrucción derivado de un "revanchismo pueril", argumentando que, para el PPdeG, parece que "hay consensos que son buenos o malos, según quien se sume a ellos". Al mismo tiempo, aprovechó para criticar la falta de operatividad de la página web de la consellería, donde antes se pudieron hacer aportaciones al texto.

La portavoz socialista en la materia incidió en la falta de cumplimiento del reglamento en la tramitación de la reforma y resumió el proceso acusando al PPdeG o de ser un "hatajo de incompetentes" o de no importarles "un pimiento" el cumplimiento de la ley.

PP: "Desprecio a las cofradías"
Finalmente, por parte del grupo parlamentario popular intervino José Manuel Balseiro, que criticó que el anterior texto contaba "única y exclusivamente con el consenso del 10% del sector" y estaba hecha "a medida de unos pocos". Así, acusó al anterior ejecutivo autonómico de ejercer un "desprecio manifiesto a las cofradías de pescadores y a su federación", que --según indicó-- obedece al hecho de que no fueron capaces de "controlar".

Balseiro indicó que "la Lei de Pesca no está a la altura de lo que el sector pesquero necesita" y defendió que había llegado el momento de "ampliar consensos" para mejorar un sector "maduro, que sabe, que trabaja y que debe ser respetado", devolviéndoles el protagonismo perdido.

Cuestión de orden
El portavoz del grupo parlamentario socialista, Xaquín Fernández Leiceaga, pidió una cuestión de orden por entender que no se estaba cumpliendo el reglamento de la Cámara, ya que no estaba publicado en el Boletín del Parlamento. Frente a esto, la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, argumentó que se había cumplido el protocolo "en tiempo y forma".

Esta no fue la única cuestión de orden solicitada, ya que el pleno comenzó con la protesta del portavoz del BNG, Carlos Aymerich, por el retraso de 10 minutos en el inicio de la sesión, debido a la ausencia --por la que pidió disculpas posteriormente Manuel Ruiz Rivas-- de la mayoría de diputados populares.

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