Los astilleros temen el cierre si el metal no vuelve al trabajo

Responsabilidad. Es lo que piden los representantes de los siete principales astilleros de la Ría de Vigo y de Marín afectados por la huelga a los trabajadores. Que se reincorporen a sus puestos de trabajo, o, de lo contrario, el cierre inmediato será inevitable, así como las multas millonarias por incumplimiento de los plazos de construcción.

Este mismo miércoles, después de que la CIG anunciara su rechazo a la propuesta de la Xunta y decidiera mantener la huelga, los responsables de los astilleros convocaban una conferencia de prensa urgente para ''pedir una vuelta a la normalidad'', por la supervivencia del sector.

Ocho mil empleos menos
''Estamos con el agua al cuello, explicó el presidente del astillero Barreras, José Francisco González Viñas. ''Hemos perdido ya 3 millones de horas de trabajo'', aseguró al explicar que, o se reanuda la producción en los astilleros o no podrán cumplirse los plazos de contrucción de la importante carga de trabajo que acumulaban antes de que empezasen los paros.

El responsable del astillero Metalships, Alberto Iglesias, lo expresó en número de puestos de trabajo que desaparecerán si los sindicatos no desconvocan la huelga, 8.000 antes de final de año, según sus cálculos.

''Aún estamos a tiempo'', dijo esperanzado, aunque el representante de Vulcano, José Domínguez, puntualizó que los armadores que contratan la construcción de los barcos ''no perdonan'' y no admiten los paros como justificación para entregar tarde los encargos.

Y es que, según explicó el portavoz del astillero Freire, la ''brutal pérdida de imagen'' del sector naval, con huelgas cada uno o dos años, ha hecho que en los contratos con las armadores se establezca una cláusula en la que la huelga no se contempla como un motivo para un retraso.

Pérdidas millonarias

En la actualidad, en la Ría de Vigo y en la de Marín se construyen más de treinta barcos, la penalidad por día de demora en la entrega de un barco ascienden a unos 15.000 euros, con lo que calculan unas penalizaciones de más de mil millones de euros. Según explicaron, una docena de barcos tenían ya que haber sido entregados el pasado mes de marzo.

En cuanto a la propuesta de la Xunta, los astilleros no entraron a valorarla porque tienen convenio propio. Sin embargo, los paros convocados para el conjunto del sector les afectan de forma directa, así como el resto de la huelga, ya que la mayoría de su producción la realizan a través de la industria auxiliar.

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