Lugo a vista de pájaro

Aunque en Lugo no hay muchos aficionados a las aves, lo cierto es que la capital cuenta con numerosas especies que convierten los amaneceres y atardeceres de los alrededores del llamado cinturón verde en auténticos espectáculos visuales y sonoros. Numenius es una de las asociaciones que se dedica a su observación.

Muchos lucenses se sorprenderían al saber que una edificación emblemática de la ciudad posee un nido en el que cría uno de los ejemplares más bellos de ave que existe.

Un halcón peregrino, hasta hace pocos años una especie en peligro de extinción, ha construido su hogar en la catedral de Lugo, y aunque esto no resulta nada extraordinario para los que conocen de cerca el mundo de la ornitología, en el resto de ciudadanos provoca cierta sorpresa.

Óscar Rivas y David Calleja son miembros de la asociación Numenius, dedicada al estudio y protección de las aves. El primero es además directivo de la Sociedade Galega de Ornitoloxía. Ambos son amantes de las aves desde que eran pequeños. Reconocen que en la ciudad no existe afición al estudio y observación de los pájaros, pese a que es una de las urbes gallegas que presenta una mayor biodiversidad debido al amplio abanico de microclimas que conviven en ella.

"Aunque en general en Galicia no hay demasiada variedad de aves en comparación con otras provincias de España, Lugo es de las ciudades que más especies presenta. Sin embargo no hay afición a la Ornitología; de hecho, en la asociación somos unos veinte miembros. En España, donde más diversidad hay es en Madrid y en las zonas costeras, pero no hay tanta tradición como en Inglaterra o Estados Unidos en lo referente a la observación y estudio de aves. Mientras que la Sociedad Española de Ornitología cuenta con diez mil socios, Birdlife tiene un millón. Allí es un afición nacional, una forma de vida", explican.

Para enumerar las distintas especies que pueblan Lugo es necesario hacer una distinción entre el núcleo urbano y la zona rural.

"En la ciudad lo más importante son las grajillas; el nido de halcón peregrino; la lavandera blanca, que el año pasado incluso contaba con un dormidero al lado del Ayuntamiento; los gorriones; las urracas; los estorninos y las palomas. El más curioso, el que más llama la atención es, sin duda, el halcón peregrino, porque estuvo muy amenazado en la segunda mitad del siglo XX, aunque ahora es habitual verlo anidar en las ciudades. Aquí es la primera vez que se constata la existencia de cría, lo que constituye una verdadera novedad, aunque ya se cita en estudios de hace veinte años. También es curioso que en la ciudad se vea el cárabo, un ave rapaz nocturna que se escucha desde mi casa", explica Óscar Rivas.

Aunque estos ejemplares habitan en muchas de las ciudades del país, cuando nos sumergimos en el cinturón verde de Lugo, es decir, el río Miño, el Rato y la zona en que ambos confluyen, el tema varía sustancialmente. "En ambientes más fluviales encontramos especies como el milano negro, el águila calzada, el avión roquero, la lavandera cascadeña, el mirlo acuático, el ánade real, el martín pescador, la anátida, el cormorán... El año pasado incluso hubo tres cisnes", explica Rivas.

Aquellos a los que muchos de estos nombres no les suenan de nada deben saber que algunos de los ejemplares citados son altamente apreciados en el mundo de la ornitología porque no se ven en cualquier lugar.

Por lo que respecta a las zonas más agrarias, es relativamente fácil ver jilgueros, tórtolas comunes y currucas zarceras, especies más ligadas al ambiente de campiña que al de ciudad.

"La verdad es que se consigue una lista bastante amplia. De las ciudades de Galicia, Lugo, debido a la diversidad de ambientes que presenta —ciudad, campiña y ziba fluvial—, es una de las que tiene un entorno más apto para ver aves", afirma David Calleja.

En cuanto se menciona el cambio climático, los dos ornitólogos fruncen el ceño dando a entender que nada es tan sencillo de explicar, como muchos quieren hacernos creer. "Hablar de cambio climático es muy complicado. Hay especies que sí que están cambiando de hábitos. El milano negro hace veinte años no era común en Lugo. Hoy en día, en la época adecuada te hartas de verlo en las zonas fluviales. Pero, por ejemplo, las cigüeñas tienen más que ver con la abundancia de vertederos. El arao, que es un ave marina, era muy común en la costa gallega y ahora quedan tan solo tres parejas. Su extinción se achaca al cambio climático, pero es un tema complejo y es muy difícil afirmar que otros cambios se deban a él", señala Rivas.

La asociación Numenius está llevando a cabo diversos programas de protección de aves en algunas zonas agrarias lucenses. "Realizamos labores de conservación de la naturaleza, trabajamos con especies amenazadas, sobre todo en la zona de Terra Chá. Llevamos a cabo unos pequeños programas de conservación basados en el alquiler de parcelas importantes para especies en peligro de extinción", concluye Rivas.

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