YA SE sabe que no es verdad, pero si la ley es igual para todos, también ha de serlo la presunción de inocencia, sean cuales sean los indicios punibles hasta que un juez lo determine. Por eso son inasumibles los saraos mediáticos que se organizan en casos puntuales, que nada tienen que ver ni con la libertad de información ni con la eficacia policial o jurídica. Que Rodrigo Rato acabe o no en el cadalso tendrá que decidirlo la Justicia, pero antes de que intervenga ya se le posicionó en el patíbulo, a juzgar por la forma en que fue tratado, se supone que por indicación de alguien, en los momentos de su retención, más que detención, y no podrá nunca resarcirse el daño en el caso de que las cosas no sean así. Que se actúe con contundencia, porque aparentemente las sospechas son graves, no justifica que se someta al presunto reo a un espectáculo de feria. Este es el caso más reciente y llamativo, pero otros muchos hay, y de eso en Lugo sabemos bastante, en que se aplicó igual suplicio a los implicados para acabar disolviéndose todo en una humareda. Solo en países bananeros puede entenderse.
