Opinión

Setién en el Pazo

MUCHOS AFICIONADOS lucenses van tanto al Ángel Carro como al Pazo, y eso que fútbol y baloncesto no suelen caminar de la mano. Es más, conozco a gente de básket que descubrió el atractivo del fútbol gracias al CD Lugo y a futboleros que hoy me citan a los jugadores del Breogán por el dorsal porque aún no se saben su nombre, pero alucinan como cualquiera en estos partidos de playoff y hasta fueron a Ourense a animar. Esa rivalidad que a veces se percibe en los despachos no es tal en la calle. El aficionado medio lucense disfruta con las victorias de ambos, en una ciudad que pelea por conservar sus limitados atractivos. Con motivo de la coincidencia de un partido intrascendente del CD Lugo con el cuarto choque de playoff del Breo, los del Ángel Carro emitieron un comunicado relatando sus gestiones infructuosas para cambiar la hora, y que jugadores y técnicos intentarán llegar en la segunda parte al Pazo para animar al Breogán. Ese día será el último partido de Setién en el CD Lugo. Dejando a un lado nuevos dueños e intrigas sobre hipotéticos levantamientos de alfombras, el técnico cántabro es por números el mejor de la historia del Lugo y penosamente solo unos pocos centenares de aficionados le dirán adiós ese día en el campo. Haciéndome eco de una idea ya expuesta en las redes sociales y, a riesgo de caer en la herejía, ¿por qué no despedir a Setién con una ovación en un Pazo lleno hasta la bandera?

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