Opinión

Ciudad sin ley

DESDE HOY, Lugo es una ciudad sin ley para los automovilistas, situación que se prolongará, calculan, unos ocho meses, hasta que florezca la nueva ordenanza Ora. Si prospera, claro. La momentánea ventaja de no pagar lo contrarrestará la falta de espacios libres, pero puede darse por bien empleado si así arranca la reestructuración de un servicio público, que había dejado de serlo. La regulación de estacionamientos parece necesaria para evitar el inmovilismo de los usuarios, pero resultaría intolerable recuperar argucias o instrumentos del viejo sistema, por el abuso que suponía para quienes lo utilizaban y para la ciudadanía en general, y más al trascender las supuestas irregularidades que lo sostenían, bajo investigación judicial. Los criterios que se barajan, pero no faltan quienes se pronuncian por el mecanismo que inspiró la primitiva zona azul, en que se controlaba el tiempo de aparcamiento, con sanciones para quienes lo incumplían, pero gratuito para los usuarios. Es verdad que el Concello dejaría de recaudar, pero ya cobra lo suyo por el impuesto de circulación. Y el suelo público no puede ser negocio para unos pocos.

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