Opinión

Lo que mola

EL ENTROIDO es para muchos la fiesta más importante del año, por delante de las patronales. Hablamos de su elemento humorístico y transgresor, aunque sus actos centrales, los desfiles, busquen más el espectáculo que la ironía. La gente echa de menos las coplas, que se evitan para no ofender a la oficialidad, a esa corte de cuervos disfrazados de pavos reales. Pese a que añoramos las sátiras, el Entroido es la mejor terapia contra las heridas de la recesión. Da pie para burlarnos de cualquier situación o de las preocupaciones que nos transmiten los medios. Unos niños de Lugo cantaban inocentes, al compás de una marcha militar al estilo de ‘'Oficial y caballero'’: «¿Quién es el que mola más? El Pequeño Nicolás. ¿Quién es el que mola menos? El Gobierno de Podemos». Toda una lección de Educación para la Ciudadanía. La copla resulta más inocente que los mensajes que nos lanzan los telepredicadores para sacarnos de dudas. Una comparsa más nuestra sería ‘'La tierra para quien la trabaja'’, eco de la lograda frase de Francisco Cacharro, dirigida a Manuel Martínez. En esta ocasión no saldrían Besteiro en un sillón y Martínez, actual presidente ‘in pectore’ de la Diputación, con la azada. Les sustituyen Elena Candia y Raquel Arias, armadas con guadañas para que los presionados militantes del PP elijan quién de ellas mola más en ese duelo de poder encubierto por discursos de renovación e integración.

Comentarios