Opinión

La realidad es plurilingüe

EL DOMINIO común de una lengua extranjera, antes con el francés y ahora con el inglés, es un déficit tradicional en los resultados de la enseñanza oficial. Es una carencia para los intereses profesionales y económicos de muchos ciudadanos y del conjunto social. Falló el sistema. Ver hoy un supuesto conflicto entre la enseñanza del inglés, para su dominio, con la del gallego y el castellano es un error. Es absolutamente irreal, salvo para quien sueñe con autorquías y fronteras infranqueables. Los problemas que tenga el gallego para su aprendizaje y uso normalizado socialmente no están ni remotamente en el conocimiento de una tercera o cuarta lengua. La resistencia al plurilingüismo no es un servicio al idioma gallego, tal como a veces se pretende transmitir. La cuestión radicará en la capacidad real en el número de profesores disponibles para este objetivo de una enseñanza trilingüe o plurilingüe. El inglés como lengua franca en el mundo es una realidad. Es una necesidad para el viajero y el turista. Además, el inglés se ha convertido en la lengua imprescindible en los negocios, la tecnología, el conocimiento y la política. Es decir, una apuesta por el desarrollo económico en Galicia, por la atracción de inversiones y generación de empleo implica necesariamente un esfuerzo previo y paralelo en el fomento de la enseñanza y el conocimiento del inglés por la población. El fomento del plurilingüismo forma parte necesariamente de una estrategia global por una Galicia competitiva en Europa y el mundo. El objetivo de que cien mil alumnos reciban el próximo curso enseñanza plurilingüe en Galicia, tal como anunció el titular de Educación de la Xunta ayer, es sin duda de interés para los alumnos, para los padres y para el conjunto del país. Hay que verlo como parte de la construcción de una Galicia mejor en la que tengan opción de trabajar todos.

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