Opinión

Fiestas

EL MES DE agosto es el más festivo del calendario. Durante el mismo se celebran fiestas en casi todo los lugares, concentrándose una buena porción de ellas en los días inmediatos al quince de Agosto, la fiesta de la Virgen —en muchos lugares se dice de Nuestra Señora— para los creyentes católicos, y uno de los festivos más señalados para casi todos.

Lo que digo es tan así, que me consta que en sitios donde en Agosto no había fiestas se las inventaron: la fiesta del turista, del veraneante, del verano, etc. Sin embargo, estas nuevas celebraciones ya no tienen ninguna advocación religiosa que las identifique y patrocine espiritualmente, un reflejo más de que la sociedad española y la europea en general, ha cambiado mucho y se destaca en nuestros días, no ya por su creciente laicismo sino por su falta de religiosidad. Es así, al menos por ahora. Y curiosamente eso está sucediendo en un tiempo de exacerbación de la religión en otros lugares.

Muy destacable es lo que acontece en Bilbao, cuya semana grande tiene lugar en Agosto, en la que se llena la orfandad de un patrocinio religioso con la exaltación de una muñeca —algo patética a mi juicio— a la que han bautizado como ‘Marijaia’, supongo que porque en la lengua vascuence esa expresión viene a significar ‘Señora de la fiestas’, a la que se quema al final de las fiestas. Y eso sucede en la capital de Vizcaya, en el País Vasco, en tierra que defendía anteayer las tesis integristas en lo religioso del carlismo. En fin, como diría un castizo equilibrado, ni esto ni aquello…

Otro cambio a destacar es el del contenido de los programas festivos. En realidad, y al margen de competiciones deportivas, corridas de toros y encierros de distinto formato, donde los hay y se conservan, gigantes y cabezudos, que parece tienden a perpetuarse, charangas y otras músicas, lo más destacable suele ser la alguna actuación de alguien que este triunfando de alguna manera, quien por cierto suele llevarse la mayor parte de los fondos acopiados por los que organizan el evento festivo, en pago de su ‘destacada’ actuación. Siempre fue así, claro, pero mi impresión es que no de forma tan acusada. Ha habido cantante o grupo cuya actuación ha costado más de la mitad de lo presupuestado. La cosa parece desde luego bastante desproporcionada.

Todo tiene sus luces, y hay que decir que estos últimos años, generalmente los fuegos de artificio brillan de forma notable en toda la geografía española. En general en casi todos los sitios. Mi impresión es que este recurso festivo viene mejorando mucho en los últimos años.

Como se parecen las ciudades y pueblos de nuestra geografía en sus fiestas. Como acredita eso que es un pueblo que tiene tanto en común.

Con la imagen de la luz y la alegría de las explosiones de esos fuegos, les deseo amigos lectores unos felices días de fiesta en el marco del conveniente descanso en estas jornadas estivales.

Comentarios