Opinión

Olimpismo

ACABADOS LOS Juegos de Río, la columnita lo recomienda encarecidamente: vean o vuelvan a ver ‘Carros de fuego’, la película dirigida por Hugh Hudson en 1981. Olimpismo en estado puro y aderezado con un toque muy británico, que no hace más que aumentar su atractivo. La historia se centra en la preparación y contrapuesta personalidad de dos velocistas que van a participar en los Juegos de París de 1924. Con la inolvidable música de Vangelis, hay una escena bellísima, emotiva y vibrante, que cierra y abre la película. Es la de los atletas corriendo para entrenarse por una solitaria playa, contemplados solamente por un hombre con un niño y un perro.

Comentarios