Opinión

Controles que funcionan

SANCIONES A la banca por falsear para ganar, opinión clara y de denuncia sobre las evasiones fiscales en el fútbol, e inicio de expediente para multa a España y a otros países por dejar en el reino de los sueños las trampas de Volkswagen en el control de emisiones de sus motores diésel, son algunas de las señales que en un par de días llegan de Europa. Estamos ante sucesos graves, que justifican y muestran la necesidad de la surpervisión y control bajo responsabilidades del propio supervisor. Estas actuaciones legitiman a la UE, aunque la estructura de Bruselas sea en sí misma una inmensa maquinaria burocrática que ni el propio Kafka pudo imaginar para su Castillo. Estas actuaciones de la Comisión conocidas estos últimos días demuestran un grado de independencia mayor que otros poderes más próximos. La lejanía quizás los hace menos vulnerables ante las presiones o las amenazas -deslocalizaciones, por ejemplo- de las grandes corporaciones frente a los poderes más locales. No hay declaraciones ministeriales en España que afirmen como Pierre Moscovi, comisario europeo, que ven un problema de evasión fiscal en el fútbol. ¡Esos palcos! La necesidad de que el poder político y las instituciones públicas tengan garantizada su independencia, y la demuestren, fue una de las conclusiones que se obtuvo del análisis de la crisis que arrancó en 2007. Estas medidas muestran esa independencia. En el caso de los bancos que actuaron sin ética alguna para incrementar sus beneficios falta quizás, como recordaba un editorial de La Vanguardia ayer, una exigencia de responsabilidades penales a los directivos o banqueros que las impulsaron y las practicaron. Se trata de lograr un marco disuasorio y no una hoguera pública purificadora. La responsabilidad penal puede ser tanto o más disuasoria a la hora de sobrepasar límites éticos y legales que la sanción económica a la gran corporación.

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