ALBERTO NÚÑEZ Feijóo hace balance de los cien primeros días de su tercer mandato al frente de la Xunta. Ganó por mayoría absoluta, única vía para acceder al poder el PP en Galicia, en las elecciones de 2009, 2012 y 2016. Transitó con éxito sobre los duros años de la profunda depresión económica: "Navegar sobre el tsunami da recesión", como lo expresó el mantario gallego en el encuentro de este viernes con todos los altos cargos de la Xunta.
Y pasó con reconocimiento electoral sobre la profunda convulsión del mapa electoral español que refleja el Congreso de los Diputados y el Gobierno de Rajoy. De los cien días, el presidente gallego presenta unos presupuestos en marcha —algo que empieza a ser extraordinario en las instituciones gallegas—, que crecen un 2,7% en base a la recuperación iniciada en la economía gallega y "150 decisións tomadas". Este tercer mandato lleva el sello de la apuesta por la innovación, que desde Lugo tiene el nombre de Rozas, que ha de asentarse y competir en los mercados, y el compromiso por la economía rural, como vía para atraer población y rentabilizar los recursos del sector primario.
Hubo en el discurso del presidente amplias referencias a las políticas sociales, que se mantienen durante los años negros. Con una población envejecida son más importantes esas políticas, sobre dependencia por ejemplo. Cuando Feijóo dice que "foron cen días de inconformismo" expresa lo que aparece como línea de fuerza: una posición firme en defensa de los intereses de Galicia. Debería sumar consenso parlamentario, como sucede con el Ave o la financiación.
Y una posición de interés de país, de valoración de lo que somos, en "esa folla de ruta para estender o uso do galego entre os máis novos" —todo un reto–, algo absolutamente compatible con el plurilingüismo, aunque algunos se resistan a entenderlo. Y una apuesta por el patrimonio natural y el respeto al paisaje y al buen gusto.
