Opinión

Apeadero para el señor marqués

EN EL trazado histórico del ferrocarril en Galicia hubo aproximación a las inmediaciones del pazo del señor marqués y apeadero para que en sus idas y venidas a Madrid lo tuviese cómodo. Es un dato. En el actual trazado de las infraestructuras viales en Galicia —autovías, ferrocarril y aeropuertos— "hubo barra libre". El diagnóstico, a toro pasado, del Foro Económico es certero. Lo que se sigue echando en falta en Galicia son voces que marquen presente y futuro: que demanden racionalidad. Que pidan silencio y el fin de la demagogia pueblerina de significados políticos en materia aeroportuaria o de alta velocidad.

Una visión global y en lógica inversora hubiese situado a Monforte como nudo de las comunicaciones por carretera y tren de Galicia, con acceso a la meseta por el Sil. De ahí, de Monforte, a Lugo-A Coruña, Ourense-Vigo y Santiago. La lógica de un aeropuerto central —que justifique al menos el párking allí construido— es una idea. Una quimera: las ampliaciones e inversiones van en sentido contrario. Nada se hizo ni se hace para que sea válido y cómodo ese aeropuerto central por autovía y ferrocarril para las áreas metropolitanas de Vigo y A Coruña. Algo ganará Lugo en esto el día en que la autovía a Santiago sea realidad. ¿Quién abre o abrió la boca ante la multiplicación de obras para gloria del ministro y del político local de turno en el permanente derroche —¿inversión?— de dinero en Alvedro y Peinador? ¿Quién mandó silenciar la idea de que la alta velocidad ferroviaria pasase por las inmediaciones de Lavacolla? Eso sí sería intermodal y no construir edificios sin contenido. ¿Cómo se explica que la A-8, enlace con la A-6 en Baamonde y la A-54, Lugo a Santiago, salga a Nadela, a más de 30 kilómetros del enlace con la del Cantábrico, de la que debería ser continuación? ¿Dónde quedan los polígonos industriales de Lugo? No hubo quien construyera en esta ciudad al menos un apeadero.

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