Opinión

Un problema pendiente

POCO O nada se ha hecho en materia policial sobre los incendios forestales en Galicia. De poco o nada han servido en la práctica todos los anuncios de reformas penales para los incendiarios. Poco o nada se ha avanzado en el abandono de las políticas que alimentan la economía del fuego. Poca o ninguna duda hay de que los incendios que se registran estos días, particularmente los de este fin de semana en la Ribeira Sacra, son intencionados, con varios puntos de inicio. Frente a esto no vale el reclamo del tópico de siempre, y casi siempre interesado, "más medios humanos y más dinero". No todos los problemas se resuelven con más dinero y más contrataciones. Este de los incendios forestales en Galicia es uno de esos problemas a los que no basta con echarles dinero. Exige ya un cambio de políticas. Urge un acuerdo de las fuerzas mayoritarias sobre un nuevo modelo de política forestal y sobre las que han de considerarse medidas prioritarias de prevención y de extinción del fuego.

Ana Pontón, líder del BNG, formuló este lunes algunas propuestas que deberían tomarse en consideración ya, incluida la que habla de una política suprapartidaria, una política de la mayoría, frente a esta plaga y frente a quienes la provocan. La necesidad de un acuerdo suprapartidario viene exigido antes de nada para evitar las concesiones a la presión de los clientelismos locales y partidistas que por sistema son un freno para la adopción de medidas de lógica transformadora y modernizadora. La instrumentalización partidaria de las reacciones a la ordenación del eucalipto o el freno a las fusiones municipales son un buen ejemplo de esa cortedad política. Una política forestal que ordene plantaciones y territorio y una adopción de medidas preventivas rigurosas causaría sin duda movimientos en contra. La cuestión es si se quiere o no hacer frente con realismo y responsabilidad a un problema no resuelto.

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