REAL O aparente, más lo primero que lo segundo, revolotea la sensación de que se está demoliendo el control de la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen organizado, se argumenta que por carencia de medios, que no se restringen para otras chuminadas a costa del erario.
El jefe de la Unidad Central Operativa (Uco) de la Guardia Civil anunció, recordarán, que no se investigarán nuevos casos del crimen organizado (corrupción, tráfico de drogas, mafias, secuestros...) por eso, por no haber recursos para ello. Y el comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía en Lugo también acaba de advertir que las plantillas de las tres comisarías de la provincia (Lugo, Monforte y Viveiro) arrastran un déficit de medio centenar de agentes para poder garantizar mejor servicio.
Las deficiencias son palpables. ¿Dónde están los agentes uniformados que patrullaban, a pie, las calles? No queda ni uno. Tampoco de la Policía Local, dedicada solo a multar en coche patrulla. Pero los cómodos y esporádicos recorridos en vehículo, no satisfacen para nada el vacío y la sensación de inseguridad, tanto en un plano real como si se tarifa por su efecto disuasorio.
