NADIE CON dos dedos de frente da crédito. Inexplicable. ¿Cómo es posible que la Policía fuese la última en darse por enterada de las refriegas por la venta de droga en la Praza Maior, pese a las advertencias que le hicieron llegar, dicen, comerciantes, padres de menores...? Fue preciso que las bandas desenvainasen navajas para percibir lo que viene ocurriendo a la vista de todos, menos a ojos de quien debería evitarlo, incluido el Concello.
Es inexplicable es que el subdelegado del Gobierno diga, como evasiva, que no maneja indicios de un conflicto de seguridad tan serio, cuando debería ser el primero en estar al tanto por ser el máximo responsable. ¿Faltan indicios precisamente por inacción policial o es una postura arrellanada para contradecir lo evidente? La sobada disculpa, apoyada en la carencia de efectivos para una mayor vigilancia, se traduce en falta de voluntad, la que se exige para combatir un quebranto tan espinoso.
Situación tan surrealista no concuerda en absoluto con la exegesis reiterada, una y otra vez, de que Lugo es una de las ciudades con menos criminalidad y más seguras. Lo será por inoperancia, la que alimenta la ineficacia.
