CUANDO EL Ministerio de Fomento, ahora y antes, anuncia que va a estudiar la solución para algún problema que se presenta en Galicia con ese departamento hay que esperar la nada. A estas alturas no se puede decir que se van a estudiar soluciones para las colas veraniegas en los peajes de la AP-9. Tiempo hubo. La concesionaria hace lo que le da la gana con las cabinas de pago, gana cada vez más y los usuarios han de sufrir. Eso del estudio de una solución lo llevan repitiendo desde hace décadas. No hay voluntad de resolver. No hay ejercicio de poder frente a la concesionaria. El mismo principio de declaración de la nada se practicó con las nieblas y los inconcebibles cortes de tráfico en O Fiouco, A-8, en una obra recién hecha. Aquí se nos dijo que se estudiaban ideas. Falla la voluntad de resolver. Que los automovilistas, particularmente los lucenses, se encuentran con este problema en los meses de verano –además de todo el año–, pues no pasa absolutamente nada. Como con las colas en los peajes de la AP-9, sobre todo en Pontevedra y Santiago, que molestan a media Galicia.
No hay parón
Empieza mañana agosto pero el parón político habitual en esta época del año no se va a producir. Hay una tradición de algunos agostos cargados de noticias de impacto. La cuestión catalana se mantiene más activa que nunca. Un asunto que produce hartazgo en la ciudadanía desde hace tiempo. Continuarán los titulares y las declaraciones. Y continúa la incertidumbre ante la oficial reanudación del curso con el anuncio del hipotético, así se empieza a calificar quizás más con el deseo que con la certeza, referéndum del 1 de octubre. ¿Cómo explica la derecha y la hipotética moderación –ahora sí hipotética– catalana ir del brazo con los antisistema?
