Opinión

Comportamiento humano

HACE TIEMPO Julián Marías comentó que asombraba ver el panorama intelectual y de la vida de relación, tan degradado por las bajas pasiones. En efecto, es fácil observar en el decurso de la vida como algunas personas están singularmente dotadas para describir defectos en los demás, denigrando a todo bicho viviente.

Es más frecuente dar leña al mono que reconocer sus méritos. No digamos en la vida política, en donde se producen a veces embestidas ciegas con tal de desprestigiar a la persona que sea. Ya se sabe que en política hay amigos, enemigos y correligionarios. A estos últimos se les atiza más que a los enemigos porque estorban para distribuir las prebendas que puede dar el partido. Pero sin necesidad de comentar una actividad determinada, en la vida normal de los seres humanos se producen las mismas circunstancias entre personas que tienen la misma actividad —artística, profesional, deportiva— hasta que cesan en su actividad.

Es frecuente en España levantar estatuas y rendir honores a personas que ya han muerto, cuando ya no molestan. Don Santiago Ramón y Cajal, nuestro premio Nobel, cuando se enteró de un comentario que había hecho sobre él alguien que consideraba amigo, describió muy bien algunas de estas situaciones llegando a decir: "Me alegro que se haya dejado conocer".

Parece como si hubiera un mecanismo interno en los seres humanos que bloquea la capacidad para elogiar al mismo tiempo que activa la capacidad para agraviar. Y quizás no estemos muy lejos de conocer los fundamentos de estas actitudes porque los estudios de tres médicos que recibieron el premio Nobel hace años tienen mucho que ver no solo con algunas enfermedades, como el Parkinson, sino también con algunos aspectos del comportamiento humano.

Llegará un día en que se podrá actuar sobre la facilidad para agraviar como hoy se actúa sobre la agresividad y sobre los violentos. Mientras tanto el que no quiera verse asaetado por ataques a su persona deberá mantenerse en una vulgar mediocridad. Pero esto no es ni aconsejable ni conveniente.

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