Opinión

Muralla con papeleras

CIERTO que el civismo ciudadano no resplandece entre los que utilizan la muralla para su recreo, con o sin mascota, pero es un mal que se proyecta a cualquier calle o plaza de la ciudad. Tampoco brilla el servicio de aseo. Unos por los otros. Se queja ahora el Concello de tener que limpiar dos veces al día el adarve por la abundancia de excrementos de perros y otras inmundicias que no perrunas, pero ha de admitir que también se alimenta la tentación de los más incívicos a desentenderse de despojos por no haber papeleras donde depositarlos. Nada justifica que lo hagan por eso, pero es una incitación que podría soslayarse habilitando recogedores adecuados al entorno. Hay que dar facilidades. No se entiende que la Xunta sea tan quisquillosa para no autorizar su instalación, aduciendo que no procede en un monumento Patrimonio de la Humanidad. ¿Qué pasa con los demás elementos antiestéticos que afean la muralla por su interior, con hierbajos que la 'emperifollan' habitualmente u otras desatenciones a que está sometida? ¿No es mucho peor tanta desidia que las papeleras? No nos hagan reír.

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