Opinión

¿Y tanto encogido?

CIERTO QUE las minorías tienen derecho a vociferar con la misma legitimidad que las mayorías. De hecho son casi siempre las que ocupan el espacio de las protestas y reivindicaciones. Tanto que parecen la totalidad. Las mayorías suelen ser pusilánimes y silenciosas; para sí se lo guardan y por eso parece que nunca tienen razón. En Cataluña, de 7,5 millones de habitantes, reclamaron la independencia en la Diada unos quinientos mil, pocos dentro de la globalidad. ¿Dónde estaba tanto apocado? En un trance tan vital cuesta entender el encogimiento, su entrega sumisa a ruidosos y transgresores. Unos se escurrirán por miedo, otros por displicencia. Como si no fuese con ellos, con lo que se juegan. Puede que entre los silentes se oculten soberanistas, pero serán los menos, porque son comprometidos y vocingleros. Conste que el concepto de mayoría silenciosa se utiliza desde el siglo XIX, entonces con un significado diferente al actual. Se empleaba como un eufemismo para referirse a las personas muertas, metáfora basada en que las que vivieron anteriormente superan en número a las vivas. Nada que ver.

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