Opinión

El hombre tranquilo

A RAJOY lo acusan de parsimonia en la crisis de Cataluña, pero su experiencia le aconseja prudencia porque lo prioritario es no precipitarse cuando se está escribiendo una página complicada de la Historia de España. La noche del sábado 30 de septiembre, víspera del referéndum ilegal, el presidente del Gobierno asistió con su esposa Viri a una boda en la que coincidió con José Manuel García Margallo, su exministro díscolo, siempre muy dado a meterse en el charco del separatismo catalán. Se casaba el hijo de la esposa del exministro de Exteriores, Maribel Barreiro, íntima amiga de Viri. También estuvo Ana Pastor, la presidenta del Congreso. El banquete se celebró en Casa Mónico, un restaurante de eventos ubicado en la carretera de A Coruña, a la salida de Madrid, muy cerca del palacio de La Moncloa. Con lo que se le venía encima, Rajoy estuvo paciente, firmó en el libro de invitados y se sentó en la mesa principal. Lo de Cataluña, por dentro, y a su debido tiempo.

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