Opinión

Cuidar y no estropear

LOS OBJETIVOS de cuidar el paisaje y de aplicar un mínimo de sentido estético a las construcciones de todo tipo debería ser compartido e impulsado por las diferentes administraciones. La materia prima natural existe. Se trata de no estropearla y, a poder ser, cuidarla. Anda el gobierno gallego en esa tarea de mejorar la imagen que ofrecen las construcciones y también la de cuidar el paisaje. No podemos presumir, aunque nos empeñemos en afirmar lo contrario, de ofrecer una imagen atractiva, acorde al paisaje, en una amplia realidad urbanística y arquitectónica de la Galicia rural, de la urbana y de la semiurbana. Inclúyanse los caminos a Santiago. En primera línea habrían de estar los ayuntamientos. Sin la implicación de las administraciones locales será muy difícil poner coto a la tendencia anárquica del feísmo que se extiende más allá de auténticas aberraciones constructivas o de falta del mínimo civismo con escombros o abandono de electrodomésticos, en la destrucción del paisaje natural. Tanto o más que aplicar medidas sancionadoras, que las administraciones locales se resistirán a ponerlas en marcha por razones electorales, hace falta labor educativa, pedagógica. La que faltó y falta en materia de urbanismo antes, o al menos en paralelo a la labor policial. Sería importante que como esas didácticas campañas publicitarias que se realizaron en la lucha contra la chapuza del feísmo arquitectónico, se practicase una comunicación amplia para divulgar y mostrar valores y ejemplos positivos. También, o fundamentalmente, con los escolares. Debería ser una tarea de país. Lo es, puesto que implica política forestal, ordenación rural, urbanismo, respeto y cuidado del medio ambiente, políticas locales y educación cívica desde la escuela a los medios de comunicación. Las consecuencias positivas serán para todos los ciudadanos que habitan en Galicia. También serán económicas.

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